Estudios e investigaciones
DOI: 10.11600/rlcsnj.23.1.6427
Imaginarios de ciudadanía comunitaria en infancias y juventudes de Cerro Navia, Chile*
Social imaginaries of citizenship among children and young people in Cerro Navia, Chile
Imaginários Sociais de Cidadania: infância e juventude de Cerro Navia – Chile
Claudia Castilla-García Ph. D1 0000-0002-5758-2887
Julián Reyes-BahamondesMg.20000-0002-4934-570X
Diana Cornejo-DíazMg.3 0000-0002-2853-371X
Catalina ValenzuelaMg.4 0000-0002-9019-6355
1 Universidad de las Américas, Chile. Psicóloga, Doctora en Ciencias Sociales, Investigadora en el Centro de Estudios Interdisciplinarios de Infancias y Espacialidades, Facultad de Salud y Ciencias Sociales, Universidad de las Américas, Chile. 0000-0002-5758-2887. H5: 7. Correo electrónico: ccastilla@udla.cl
2 Universidad de las Américas, Chile. Trabajador Social. Magíster en Psicología mención Psicología Social. Investigador del Centro de Estudios Interdisciplinarios de Infancias y Espacialidades, Facultad de Salud y Ciencias Sociales, Universidad de las Américas, Chile. 0000-0002-4934-570X. H5: 1. Correo electrónico: jareyesb@gmail.com
3 Universidad de las Américas, Chile. Psicóloga, Magíster en Psicología mención Psicología Clínica. Investigadora del Centro de Estudios Interdisciplinarios de Infancias y Espacialidades, Universidad de las Américas, Santiago, Chile. 0000-0002-2853-371X. H5: 1. Correos electrónicos: dcornejod@gmail.com
4 Universidad de las Américas, Chile. Psicóloga, Magíster en Neurociencia, Académica de la Facultad de Salud y Ciencias Sociales, Universidad de las Américas, Chile. 0000-0002-9019-6355. H5: 0. Correo electrónico: cvalenzu@udla.cl
Recibido: 24.01.2024
Aceptado: 28.10.2024 Publicado: 20.12.2024
Resumen (analítico)
La comuna de Cerro Navia (en la capital de Chile) ha estado históricamente marcada por indicadores elevados de vulneración de derechos y desigualdad social. El problema de investigación se enfoca en la comprensión de los contenidos simbólicos explicativos de ciudadanía desde las miradas de las infancias y juventudes, al tiempo que busca profundizar en el impacto que las desigualdades sociales pudieran estar incidiendo en este proceso. Se diseñó desde la metodología cualitativa con un alcance descriptivo, asumiendo la estrategia de la investigación acción participativa junto a la etnografía. Los resultados analizan cómo comprenden las infancias la ciudadanía, revelan las tensiones con el territorio que habitan y con la posibilidad de lo comunitario como expresión de integración.
Palabras clave: Ciudadanía; infancias; imaginarios sociales; territorio; etnografía visual; investigación-acción participativa. Tesauro de Ciencias Sociales de la Unesco.
Abstract (analytical)
The Cerro Navia commune, located in Chile’s capital city, has had historically high levels of rights violations and social inequality. The research study focused on understanding the symbolic explanatory content related to citizenship based on the perspectives of children and young people, seeking to identify how social inequalities impact their sense of citizenship. The study was designed using a qualitative methodology with a descriptive scope, combining Participatory Action Research with eth-nography. The results analyse how children understand citizenship, reveal tensions they experience within the territory they inhabit and highlight the possibility of community as an expression of inte-gration.
Keywords: Citizenship; children; social imaginaries; territory; visual ethnography; participatory action research.
Resumo (analítico)
Na comuna de Cerro Navia —na capital do Chile— tem sido historicamente marcada por elevados indicadores de violação de direitos e desigualdade social. O problema de pesquisa centra-se na compreensão dos conteúdos simbólicos explicativos da cidadania a partir das perspectivas da infância e juventude, ao mesmo tempo que busca aprofundar o impacto que as desigualdades sociais podem estar influenciando neste processo. Foi concebido a partir de metodologia qualitativa com escopo descritivo, assumindo a estratégia da Pesquisa-Ação Participativa aliada à etnografia. Os resultados analisam a forma como as crianças compreendem a cidadania, revelam as tensões com o território que habitam e com a possibilidade da comunidade como expressão de integração.
Palavras-chave: Cidadania; infâncias; imaginários sociais; território; etnografia visual; pesquisa-ação participativa.
Introducción
Como equipo del Centro de Estudios Interdisciplinarios de Infancias y Espacialidades de la Universidad de las Américas (Chile), cerramos el 2022 con una experiencia de trabajo que se orientó a vincular a las infancias con el rescate de la memoria histórica (principalmente relacionada con la vida y obra del cantautor chileno Víctor Jara); lo anterior, a partir del posicionamiento de esta en el desarrollo cultural, social y político de niños, niñas y jóvenes (en adelante, NNJ). Este proyecto se situó en la comuna de Cerro Navia, ubicada en la región metropolitana de Chile, lugar afectado por una alta vulnerabilidad social, lo que impacta en los derechos de los NNJ.
A raíz de este trabajo comenzaron a aparecer una serie de temas emergentes desde los NNJ quienes, con total agudeza y claridad, compartieron sus visiones acerca de su comunidad, dando cuenta de las grandes dificultades estructurales cotidianas que inciden en las posibilidades de ejercer sus derechos, la viabilidad de practicar su espacialidad y las oportunidades que tienen para el desarrollo de su bienestar psicosocial. En este sentido, de manera unánime, los relatos apuntaron a destacar cómo la violencia diaria no les permite ocupar su propio entorno. Aparece la percepción de malestar en los pobladores, tanto por la situación de pobreza, la vulneración y el abandono político, social, cultural, económico y espacial que padecen, así como también el sentimiento de inferioridad que otros les atribuyen y que ellos mismos han ido reforzando, debido a un estigma que se ha ido construyendo con el tiempo, por el solo hecho de habitar en dicha comuna.[1]
Ello nos colocó frente a una interrogante que marcaría nuestro horizonte de trabajo para los próximos dos años: cómo favorecer procesos de cohesión, pertenencia, sueños y expectativas compartidas que refuercen una ciudadanía comunitaria en las infancias, en contextos de alta vulneración de derechos fundamentales. De igual manera, nos empezamos a interrogar acerca del papel de las instituciones y agentes socializadores —en particular la escuela— en la transmisión de formas culturales de interpretar la realidad, ya sea constriñendo o potenciando la ciudadanía comunitaria.
El anclaje en la ciudadanía comunitaria como horizonte no es fortuito; mantiene una relación con el sujeto político, entendido este desde la capacidad y el deseo de devenir actor para incidir en su vida y en el contexto que lo rodea (Touraine, 1997), pero desde una mirada que reconstruye las relaciones significativas, los proyectos compartidos, la pertenencia y la responsabilidad ética. Asumimos la comprensión de la ciudadanía comunitaria desde la perspectiva comunitarista de Cortina (2005); así defendemos que esta requiere para su comprensión, no solo la mirada a los aspectos formales de derechos y deberes, sino también de aquellos que refieren a los afectos, las aspiraciones, las identidades, entre otros elementos que favorecen la cohesión social de las y los sujetos a partir de su vínculo a un territorio determinado.
A partir de lo anterior, surgió la investigación titulada «Imaginarios sociales de ciudadanía: acercamiento a la mirada de niñas, niños y jóvenes en Cerro Navia». Cabe señalar que en el presente escrito se han compartido las primeras aproximaciones de este estudio, el cual ha comenzado con un trabajo de campo desarrollado en la Escuela Básica Herminda de la Victoria y sus alrededores, en la comuna de Cerro Navia. El objetivo general que guía este trabajo en particular es analizar los contenidos simbólicos de los imaginarios sociales de ciudadanía en NNJ de Cerro Navia y, de manera específica, de estudiantes de un curso de octavo básico de dicha escuela. Se busca responder, entre otras, al interrogante acerca del papel que el territorio de socialización juega en la configuración de estos imaginarios.
El problema de investigación que ha orientado el inicio de nuestro trabajo se ha enfocado en la comprensión de contenidos simbólicos explicativos (entendidos en esta investigación desde la categoría de imaginarios sociales) en las niñeces y juventudes; esto en relación con el Estado, la democracia, la política, lo político (entendidas como dimensiones centrales de la categoría ciudadanía) y la espacialidad (dimensión que sitúa territorialmente esta visión de ciudadanía). Junto con ello, se ha buscado también ahondar en la incidencia que las desigualdades sociales puedan estar jugando en este proceso.
La comuna de Cerro Navia se ubica en la región metropolitana y tiene una población estimada por el Instituto Nacional de Estadística de 140 581 habitantes. Es una de las comunas con mayor vulnerabilidad social de la región metropolitana, calificándola como la tercera más prioritaria en el Índice de Prioridad Social evaluado el 2020. Se encuentra entre las de mayor reiteración de indicadores de vulneración que impactan en los derechos de NNJ, como son, por solo citar algunos datos: el nivel de hacinamiento (12% de la población de la comuna), hogares sin servicios básicos (12.7% de la población de la comuna) y el porcentaje de personas en situación de pobreza multidimensional que para el 2020 alcanza promedios superiores al 20%, siendo la que presenta el peor escenario dentro de las comunas de la región metropolitana (Aplicaciones de Inteligencia Artificial, 2021). Por otro lado, presenta también altos índices de delincuencia, registrando, en 2023, 531 delitos violentos por cada 100 000 habitantes; indicador que supera su comparativo en la región y en el país (Centro de Estudio y Análisis del Delito, 2023). Cabe destacar que un porcentaje importante de estos delitos están vinculados con el narcotráfico presente en la comuna. En este contexto, es muy interesante de revelar la influencia que una comuna de estas características puede ejercer sobre la construcción de imaginarios sociales.
La investigación que compartimos, de carácter cualitativo, es relevante en la medida que busca contribuir a la comprensión de las transformaciones que se están produciendo en la realidad chilena desde una perspectiva ubicada en la niñez y, desde esta, construir herramientas para promover su ejercicio ciudadano efectivo, apoyado también en el diálogo intergeneracional. Consideramos relevante la transición que propone la investigación diagnóstica y sus resultados a la generación de propuestas de transformación diseñadas con actores clave de las comunidades, orientadas a acompañar el fortalecimiento de la ciudadanía comunitaria en la niñez, brindando herramientas que generen procesos efectivos con un enfoque particular en el campo educativo.
Ahora, frente a los referentes teóricos que guían el trabajo, la ciudadanía es la categoría analítica central que nos ocupa. Esta es de larga data en los estudios sociales. Desde 1950, con el ensayo «Ciudadanía y clase social» (Marshall, 1950), se abre un camino de permanente reflexión y producción de conocimientos que ha viajado desde las propuestas más liberales (Bottomore, 1992; Marshall, 1950), transitando por aquellas taimadamente liberales (Kymlicka, 1996), hasta nuevos caminos que intentan entender la ciudadanía alejada de una mirada tradicional (Cortina, 2005), donde nos situamos en este proyecto. Las críticas a las propuestas liberales plantean la necesidad de una mirada que, si bien también incluya los aspectos formales y estructurales, el papel del Estado y sus leyes, estos se analicen articulados a las prácticas de las y los individuos; construida esta desde la diversidad y trascendiendo la limitación al estatus legal.
Nuestros referentes centrales para entender la ciudadanía son los presupuestos desarrollados por las perspectivas comunitaristas, en particular por Cortina (2005). Esta pone la mirada en la comprensión de los aspectos formales que determinan la pertenencia legal de una persona a un territorio (en particular derechos y deberes); además, enfatiza que estos requieren ser analizados en conjunto con los procesos de cohesión identitaria que generan sentidos de pertenencia a un espacio, además de afectos, aspiraciones, deseos y, en general, elementos culturales compartidos que unen emocional y culturalmente a grupos de personas y, lo que es más importante, los movilizan en la construcción de la realidad (Castilla, 2020).
Ahora bien, las propuestas comunitaristas permiten enfrentar una de las debilidades de los estudios en torno a la ciudadanía: el adultocentrismo. Este desconoce la presencia y expresión de esta categoría en las infancias, al colocar el peso en procesos que, desde los deberes y derechos, no incluyen a personas consideradas legalmente menores de edad, como es, por solo citar un ejemplo, el voto (proceso central de la expresión ciudadana en las miradas liberales). Todo el análisis de la producción de conocimiento en torno a la categoría de ciudadanía comunitaria da lugar a aquellos elementos simbólicos que se han tejido colectivamente con el paso del tiempo en torno a ella, y que hoy comparten grupos de personas a partir de una pertenencia a un territorio. El reto surge al apostar por entender el proceso de ciudadanía en la etapa de la niñez, siendo un grupo históricamente relegado de su derecho a ser escuchado y tomado en cuenta.
La mirada a la ciudadanía que enfatiza, entre sus dimensiones constitutivas, la construcción de identidad no solo individual sino también colectiva (Taylor, 2004), nos resulta potencialmente relevante para articular a la ciudadanía los ámbitos territorial y espacial; así mismo, para comprender desde ahí los sentidos de pertenencia que construyen las infancias y juventudes en torno al lugar que ocupan en un territorio determinado.
En cuanto a las infancias y juventudes, estas se entienden como una construcción cultural e histórica, que en tiempos modernos han sido situadas como etapas de transición, cuyo fin es llegar a la adultez. Los modos de ser adulto y adulta, joven, niño y niña son construcciones culturales que van modificándose con el paso del tiempo y tienen una condición relacional (Álvarez, 2016; Obach et al., 2023). Las sociedades son dinamizadas por una matriz cultural adultocéntrica. El adultocentrismo condensa, en tanto categoría, relaciones de poder de quienes portan la mayoridad sobre otros y otras sin poder. Este se sostiene en relaciones de dominio entre aquello que es forjado como adultez, impuesto como referencia unilateral, respecto de aquello que es concebido como niñez, juventud e, incluso, adultez mayor (Duarte, 2018).
En este escenario, quedan invisibilizadas en las infancias las cuestiones relacionadas con la participación o, específicamente, la ciudadanía, como ejercicio y práctica. Si bien las ciencias sociales —y las humanidades en general— han ido avanzando hacia enfoques que ponen el peso en una mirada que reivindica a las infancias como una etapa con espacio, voz y capacidad de actuación en los contextos donde habitan, en el caso chileno, la mirada a la producción más reciente permite identificar dos grupos fundamentales: uno con más larga historia, el cual se enfoca en la ciudadanía en el ámbito educativo, tanto desde las políticas públicas como desde el rol del currículo y la relación de los actores escolares (Gazmuri-Stein et al., 2024; Ojeda & Neira, 2024; Pinochet & Mercado Guerra, 2021); y otro que ha tomado peso con el proceso de cambio constitucional, que plantea el debate en torno al avance de la dimensión legal como camino para solidificar los derechos de las infancias a participar (González & Ormeño, 2021).
Ello permite identificar que las propias características de dichos estudios y de las respectivas políticas públicas en torno a la ciudadanía aún mantienen una mirada tradicional y vertical. Esta se centra en la legalidad como elemento fundamental y, en la cual, a la escuela se le sigue atribuyendo un papel clave no solo como administrador de la participación, sino sobre todo como agente socializador y reproductor de este modelo hacia las nuevas generaciones. Todo ello nos hace reforzar la idea de que aún es débil el desarrollo de conocimiento en relación al vínculo entre ciudadanía y niñez.
Paradójicamente, la ciudadanía es una categoría que permite avanzar en romper las lógicas de dominación adultocéntricas culturalmente heredadas. Lo anterior, ya que puede funcionar como un mediador que integra la dimensión de la justicia formal con los sentimientos de afecto, pertenencia y vínculo con una comunidad determinada y, con ello, potenciar la agencia del sujeto político.
Finalmente, además de esta apuesta a la mirada de la ciudadanía a partir de las niñeces y desde referentes comunitaristas, estamos considerando también la noción de espacialidad; esta es parte fundamental del Centro de Estudios Interdisciplinarios de Infancias y Espacialidades y ha sido utilizada en trabajos previos con las infancias (Cornejo & Reyes, 2019; Reyes & Cornejo, 2022a; Reyes & Cornejo, 2022b). Dicha visión de ciudadanía se ha visto enriquecida con la consideración de la noción de espacio, en tanto que este, además de ser concebido como un escenario pasivo, medible, contenedor de objetos y de cuerpos, también se le entiende como un campo de acciones políticas, económicas y sociales, establecido a partir del movimiento dialéctico entre ser producto y productor de realidades (Espinosa, 2020; Márquez, 2021). En este último sentido, el espacio guarda relación con el desarrollo de múltiples expresiones de lucha y de subordinación, de disputa y negociación, en el entendido que, junto con ser pensado, construido, practicado, compartido y disputado, también el espacio ordena, prescribe y proscribe lo social (Reyes & Cornejo, 2022a).
Dicho esto, en sintonía con esta investigación, este concepto ha sido trabajado tanto desde un nivel de lo tangible (referido al campo de lo visible y lo palpable propio de una dimensión territorial local) como desde una categoría asociada a lo intangible, la cual se vincula con la experiencia cotidiana de subjetividad e intersubjetividad (Peña, 2011); así, se relaciona con la presencia o ausencia de prácticas espaciales, de acuerdo a sentimientos de rechazo o pertenencia hacia un determinado entorno.
Por todo lo anterior, como punto de partida, nos hemos propuesto estudiar la ciudadanía en las niñeces y juventudes desde la categoría de imaginarios sociales situados en una determinada espacialidad. Independientemente de la disciplina o la perspectiva asumida, los trabajos centrados en la categoría de imaginarios sociales tienen en su núcleo la reivindicación de la imaginación (entendida como dimensión de la subjetividad) como constitutiva y constituyente de la realidad. Los aportes proponen trascender la visión racionalista-positivista propia del pensamiento tradicional, para ubicarse en una posición que reconoce que la realidad existe en la medida que existen sujetos que la imaginan y, en función de ello, conducen la acción que crea realidades (Castilla, 2020).
Desde nuestro estudio, que toma como referente para entender los imaginarios sociales a Baeza (2011), Castoriadis (2010) y a la espacialidad desde autores críticos como Lefebvre (2013), las infancias se erigen como un sujeto de investigación importante. Ello por la posibilidad de acceder desde el discurso al peso elevado de la imaginación en su lectura del mundo, así como por su alejamiento del peso restrictivo de la racionalidad y la experiencia. La elección se fundamenta en los elementos que explican esta categoría como aquella que contiene la herencia cultural de la humanidad y da un sentido —imaginario— a la vida (Castoriadis, 2010). De igual manera, tomamos las nociones de imaginarios de la utopía y de la identidad que propone Baczko (1991), por su vínculo con los elementos constitutivos de una ciudadanía comunitaria, como son, justamente, las aspiraciones, deseos e identidades compartidas.
Todo lo anterior implica un reto metodológico situado ante diferentes dimensiones: el trabajo con las infancias que visibilice y viabilice la expresión genuina de sus experien-cias y reflexiones; y el trabajo con una categoría como imaginarios sociales que reclama un abordaje que se aleje de las metodologías tradicionales sustentadas con mayor peso en la racionalidad de los sujetos.
Método
La investigación que compartimos se diseñó desde la metodología cualitativa con un alcance descriptivo. Buscó revelar los sentidos o la interpretación que otorgan las y los participantes a los elementos que conforman el objeto de investigación (Kwan & Alegre, 2023; Vasilichis, 2006). El estudio se sostuvo en los sentidos que los NNJ comunican, así como sus propias interpretaciones de las categorías que se analizaron.
La elección de un diseño metodológico cualitativo permite trabajar desde las subjetividades de las y los participantes, posibilitando la presencia de estrategias diferenciadas y complementarias. Así, por un lado asumimos la estrategia de la investigación acción participativa (Canales & Duarte, 2012; Fals-Borda, 2012), sostenida sobre la confianza en los saberes que poseen las niñas y los niños a partir de sus experiencias personales, colectivas y comunitarias. Por otro lado, el enfoque etnográfico el cual, en este caso, apunta a comprender los fenómenos desde la representación e interpretación de determinados aspectos socioculturales de los participantes, a partir de la conjugación entre el trabajo de campo con la teoría, mediada por los datos etnográficos (Guber, 2016). Para fortalecer la complementariedad entre la investigación acción participativa con el enfoque etnográfico trabajado, se apostó por un diseño etnográfico crítico, caracterizado por el abordaje de cuestiones sociales tales como el poder, la injusticia, la violencia, las vulneraciones de derecho, la subordinación y la represión, entre otros (Creswell & Creswell, 2018).
En lo específico del enfoque utilizado, se cuenta el trabajo visual del presente estudio, el cual concibe al observador como figura relevante en la investigación (Wacquant, 2019). Por un lado, la investigación acción participativa, al tiempo que permite producir información desde múltiples técnicas (entre ellas visuales), también nos permite co-construir saberes y procesos socioeducativos con las infancias, posibilitando el desarrollo reflexivo y problematizador acerca de la ciudadanía y su ejercicio comunitario. Por otro lado, desde la mirada de la antropología audiovisual, las producciones en esta línea nos rodean y configuran, donde «no solo las interpretamos, sino que las construimos y las creamos. Forman parte de nuestro proceso cultural, constituyen nuestro universo simbólico y forman parte de nuestra realidad interna, conforman nuestra subjetividad» (Correa, 2011, p. 54).
Desde esta mirada, el uso de técnicas narrativas visuales intentó diversificar las posibilidades de representación, explicación y experimentación del mundo de los NNJ participantes del estudio. Este tipo de ramas metodológicas de la antropología social han brindado aportes en torno a los estudios de las imágenes y sus significados en diversas sociedades, entendiendo a las imágenes como formas de documento histórico (Burke, 2001).
Esta investigación se encuentra en una primera fase, caracterizada por el trabajo con 28 NNJ de la Escuela Básica Herminda de la Victoria (comuna de Cerro Navia), de distintas nacionalidades (chilena, venezolana, colombiana, ecuatoriana y peruana), cuyas edades fluctúan entre los 11 y 13 años. El trabajo de campo se realizó durante los meses de marzo a junio de 2023, por un equipo integrado por investigadores de diversas disciplinas (psicología, trabajo social, antropología, arquitectura) y estudiantes universitarios, apostando por la mirada interdisciplinaria.
Los niños, niñas y jóvenes estuvieron en el ojo del observador durante esta primera fase. En ella pudieron expresar sus imaginarios sociales acerca de la ciudadanía, mediante la observación fotográfica, el mapeo y el dibujo como dispositivos (Foucault, 1977). Este material lo abordamos como texto de contenido (Cornejo et al., 2017) y fue parte esencial del trabajo de campo del equipo investigador.
Tanto la observación mediante la fotografía como los dispositivos del dibujo y el mapeo fueron abordados dentro de cuatro talleres creativos (Villasante, 2018). Estos buscaron estimular la creatividad de NNJ y producir información colectiva en relación con la ciudadanía, a partir de las emociones, los afectos, las expectativas, los significados personales y los deseos. Para ello se empleó justamente al dibujo, al mapeo y a la fotografía como herramientas que le permitieran a las y los niños y jóvenes la observación y reflexión acerca de la ciudadanía, pero desde un diseño lúdico.
Si bien en el siguiente apartado se describe y analiza con más detalle el uso de estos dispositivos dentro de los talleres realizados, es importante enfatizar aquí que la información que produjo en estos espacios se sistematizó mediante el registro de observación y diario de campo. Estos fueron llevados a cabo por las y los investigadores participantes, así como el análisis de todo el material visual producido por las y los niños y jóvenes.
La primera sesión se realizó con base en un trabajo reflexivo en torno a la idea de ciudadanía y ciudad, el cual se acompañó de un trabajo de mapeo y dibujo, respondiendo a la pregunta: «¿cómo debiera ser una ciudad ideal?». La segunda sesión se trabajó en formato entrevista. Los NNJ armaron equipos de trabajo y se entrevistaban entre ellos respondiendo a preguntas respecto de la vida en Cerro Navia y otros elementos vinculantes con ciudadanía; las preguntas eran diseñadas por los NNJ. La tercera sesión correspondió a un recorrido territorial realizado por los propios NNJ, durante el cual nos mostraron su barrio en una caminata; esto fue acompañado por registro fotográfico de aquellos elementos que les parecían más significativos. Finalmente, en una última sesión se les presentó un mapa de la comuna y se les solicitó que discutieran y fueran marcando con lápices de distintos colores lugares que importantes en la comuna (dónde pueden jugar, qué lugares son seguros o inseguros, dónde visualizan espacios importantes).
Se utilizó el análisis de contenido cualitativo (Navarro & Díaz, 1994) y la información producida fue analizada bajo un análisis categorial-temático (Flick, 2007), el cual permite recoger los principales tópicos.
Las salvaguardas éticas consistieron en garantizar la confidencialidad, el anonimato, la voluntariedad y garantizar la no violación de los derechos de los niños. Se aplicó un consentimiento informado a los adultos responsables junto al asentimiento de los niños.
Hallazgos
Compartir parte del despliegue del trabajo de campo permite motivar el diálogo en torno al rol que tienen los NNJ a la hora de enfrentar investigaciones como esta. Ello aporta a la pregunta de cómo se produce el conocimiento y coloca la pausa necesaria para garantizar también la vigilancia epistemológica.
En cuanto al desarrollo de las sesiones, en una de las primeras instancias de trabajo les pedimos que desarrollaran diferentes ejercicios; uno de ellos fue el que anotaran con total libertad distintos conceptos relacionados con la idea de ciudadanía y ciudad; así como también la confección de un mapeo colectivo respecto de cómo debiera ser una ciudad ideal.
En otras de las sesiones buscamos trabajar de nuevo la noción de ciudadanía, pero esta vez con una mayor aproximación a sus propias realidades cotidianas. Para ello, de nueva cuenta en subgrupos, les propusimos confeccionar una entrevista en formato de programa televisivo o radial, donde pudieran hacerse preguntas entre sí. Los programas que crearon los NNJ los llamaron: «Octavo entrevistando», «Entrevistas de Octavo», «Cerro Navia sports», «Cerro Navia comunica» y «Un poco de Cerro Navia». Algunas de las preguntas que formularon fueron: ¿sabes qué es un teatro?, ¿cómo es la educación en Cerro Navia?, ¿qué harías para cambiar la convivencia en tu comuna?, ¿qué haces los fines de semana?, ¿cómo es el ambiente donde naciste?, ¿por qué es importante este colegio en la comuna?, y ¿cómo es su familia; lo dejan salir a la calle a jugar?
En la sesión del recorrido territorial la consigna que nos acompañó fue la de que nos pudieran presentar el barrio donde se encuentra la escuela. Para ello se les pidió que guiaran el recorrido y que registraran, a través de fotos sacadas con sus celulares, todo aquello que les gusta, lo que no les gusta, así como lo que cambiarían del entorno. A través de este recorrido pudimos transitar entre pasajes, calles y la avenida más próxima al colegio.
Focalizaron la mirada en fotografiar o relatar elementos en tres líneas: por una parte, pusieron énfasis en lo material; aquellos elementos del barrio que no les gusta por su aspecto. Pero hubo otros que enfatizaron elementos materiales en la esfera del anhelo, como motos o autos de alto costo (a los que llamaban «máquinas»), así como casas que tenían bonitas terminaciones o que gozaban de espacio o altura, lo que implicaba para ellos mayor comodidad, de manera que se convertían en elementos materiales que aspiraban conseguir en algún momento de la vida. Es importante mencionar que los NNJ que fotografiaban o se referían a estos vehículos o casas, lo hacían entendiendo que esos artículos eran muy probablemente adquiridos por narcotraficantes; les llamaban «casas narco», lo que obliga a la reflexión respecto de lo que están entendiendo por legítimo y legal en el ejercicio de la ciudadanía.
En otra línea, apuntaron a elementos que tienen que ver con la intervención de personas y con las dinámicas al interior del barrio entre las personas que lo habitan. Tanto las fotografías que sacaron como sus relatos no iban dirigidos a ninguna persona en particular, sino a lo que las personas hacen en el barrio. Aparece entonces en el relato y fotografías la gran cantidad de basura que existe en algunos lugares (microbasurales, desperdicio en calle o veredas), así como el abandono a los animales (de la calle o sin cuidado por parte de sus dueños), generando disgusto tanto por la suciedad como la falta de responsabilidad de los adultos y las instituciones.
En esa misma línea, otro elemento que aparece en lo discursivo son las personas en situación de calle, a quienes apuntaron como desprotegidas. Existe en este discurso una concepción de derechos fundamentales, a los que tanto humanos como animales deberían acogerse y, en esa lógica, una interpelación a organizaciones sociales, municipios, Estado y gobierno, lo que obliga a una articulación de sus demandas. Puede observarse, al menos en lo discursivo, una noción de ciudadanía, quizás desorganizada y poco definida, pero que permite atender a la necesidad que estos niños y niñas ven en la visibilización de las desigualdades sociales. Los imaginarios sociales tienen vínculos ineludibles con los valores (Baeza, 2011) y, desde esta perspectiva, desde una postura ética y moral, aparece el reclamo en el discurso de estos NNJ por visibilizar la desigualdad social y el impacto que tiene en ejercer la ciudadanía.
La tercera línea donde los NNJ ponen foco a la hora de fotografiar o plantearse discursivamente en el recorrido es en las instituciones que se instalan en el barrio. Es así como destacan la figura del hospital como un lugar seguro, donde atienden bien, donde acuden muchas personas y tienen buen trato. Un lugar pensado para acoger a las personas y de diversas edades, ya que destacan como en las salas para el tratamiento de NNJ existen juguetes, los espacios son luminosos y acogedores. No obstante, también se identifica como un lugar donde se concentra dolor y pérdida.
Por el contrario, la estación de la policía (Carabineros de Chile) se describe de una manera negativa, destacando que allí no hacen su trabajo, que es un lugar peligroso, donde es mejor no acercarse. No está concebido como una red de apoyo o un espacio seguro. A su vez, aparece la Casa de la Cultura[2] de la comuna, como un lugar hermoso, seguro y agradable para estar, pero que no frecuentan, porque está permanentemente cerrado y solo lo abren para eventos con público invitado; de manera que no lo sienten parte de sus espacios. Lo mismo ocurre con la Oficina de Diversidades y Disidencias de la Municipalidad de Cerro Navia, un espacio que, a pesar de estar frente a la escuela y de ser reconocido como un lugar acogedor, cómodo y seguro, no es un espacio que quieran utilizar, dado que no lo sienten propio, entre otras cosas, porque está permanentemente cerrado y solo se puede ingresar si eres parte de un programa municipal. En lo que respecta a la propia escuela, aunque pasan allí gran parte del día, no sienten que sea un espacio seguro donde puedan realizar actividades de su interés; más bien, se mantiene la idea de que es un lugar que les es ajeno.
Por tanto, en esta última línea de análisis es relevante visualizar cómo la institucionalidad y las instituciones tienden a invisibilizar la participación y acción de NNJ, profundizando la percepción de desarraigo. Aparece como si no existiera un lugar para ellos, o aquello que desean o necesitan, lo que justifica la distancia con el concepto de ciudadanía o de comunidad. Han construido un imaginario social, entendiéndolo como matrices de significación fundamentales en la construcción de la realidad, cuyos contenidos de significación son compartidos socialmente al ser socializados, homologados y aplicados por un grupo social (Baeza, 2011), donde la percepción de desarraigo, de no tener lugar o espacio, fomenta la distancia con el concepto de ciudadanía. Es interesante aquí observar el rol debilitado que tiene la escuela en la construcción de una ciudadanía comunitaria; aparece como una institución que no potencia su desarrollo, a pesar del rol socializador que se le atribuye.
Junto con esto, es interesante que no reconozcan figuras políticas importantes del país y del barrio como, por ejemplo, Víctor Jara o Salvador Allende; quienes, a pesar de estar inmortalizados en un mural cercano a la escuela, no son reconocidos como figuras familiares.
Durante el recorrido por los alrededores de la escuela también aparece en los relatos de los NNJ el tema del narcotráfico. Se reiteran las voces que resaltan una gran cantidad de violencia, la cual es observada y escuchada cotidianamente, tanto fuera como dentro de sus casas, lo que provoca temor y desincentiva el uso del espacio público. Posteriormente, nos enteramos de que los lugares que transitamos durante el recorrido son lugares peligrosos. La escuela está instalada a un par de cuadras de una estación de carabineros, pero solo a una cuadra existe un complejo de departamentos donde, según relatan los NNJ, hay mucho narcotráfico, por lo cual, en general, evitan transitar por esa vereda.
La información acerca de la violencia y la peligrosidad se profundizó en una siguiente sesión, en la cual se trabajó en el mapeo de la comuna. Se organizaron grupos de trabajo y se les entregó un mapa del barrio donde los estudiantes debían identificar sus propias casas, los recorridos habituales para ir a la escuela, además de destacar distintos puntos; entre estos: lugares que consideran seguros, la representación de zonas de mayor peligrosidad, otras vinculadas a expresiones de manifestación colectiva (asociadas al estallido social ocurrido en nuestro país en el 2019), así como los lugares donde se divierten o frecuentan los fines de semana.
Cada uno de los subgrupos de trabajo destacaron, sobre todo, aspectos negativos de la comuna. Es así como nuevamente emergió el tema de la alta inseguridad barrial, los sectores apoderados por los narcotraficantes o los sitios donde se reúnen personas a consumir drogas. Es interesante observar como dentro de la comuna no identifican lugares para divertirse, jugar o hacer cosas en familia; esos espacios están en otras comunas, como el mall o la feria que se instala en un parque cercano al establecimiento educacional.
Los espacios que existen para divertirse dentro de su barrio están habitualmente cerrados o en zonas que identifican como peligrosas, por lo que no los frecuentan. Este es el caso del parque La Hondonada, el único parque que existe en estos barrios, pero que no frecuentan por la delincuencia, las drogas y las personas en situación de calle. Existen algunos lugares, en general lugares donde se puede comer (como una heladería o un carrito de comida rápida) que identifican como puntos de reunión y para «pasar el rato».
En muchos casos, sus propias casas se visualizaban como lugares inmersos en zonas peligrosas y tienen campos de acción muy reducidos. Esto hace que los NNJ vayan desde sus casas al colegio y de regreso sin frecuentar casas de compañeros, familiares o sitios públicos de la comuna. No obstante, aparece como medio para establecer contacto con otros pares el uso de celulares, computadores o dispositivos de videojuegos. Este acceso al mundo digital les ofrece la posibilidad de interactuar y de evitar el contacto con el exterior, a riesgo de profundizar la brecha para el desarrollo de comunidad y de redes de apoyo inmersas en su territorio. Muchos no conocen otros sectores fuera del barrio, y no frecuentan lugares que estén fuera de la comuna, lo que coarta la posibilidad de diversificar la mirada de temor e inseguridad con la que viven.
En este ejercicio se observa y se resalta el discurso de la dificultad para el desarrollo de vida comunitaria, producto de la inseguridad que viven diariamente. A pesar de esto, algunos relatan hitos puntuales durante el año, donde se logra generar actividades con vecinos y vecinas; estos están asociados a festividades como la Navidad, el Halloween, las fiestas patrias, entre otras, durante los cuales la vecindad se junta y decora el barrio.
En general, caracterizan su entorno como feo, descuidado y peligroso. Una comuna donde hay actos de violencia regularmente, donde no se puede transitar tranquilos por la calle a riesgo de ser asaltado, con escasas redes de apoyo y pocos lugares donde realizar actividades fuera de la casa o la escuela. A pesar de esto, la mayoría señala que no han sido víctimas de algún robo durante los últimos meses, pero sí son testigos de violencia cotidiana.
Junto con este trabajo también le pedimos a los NNJ que realizaran algunas tareas fuera de las sesiones. Así que se les solicitó que tomaran fotografías y breves audios donde sintetizaran lo mejor de su barrio, de su entorno, a través de una imagen y un relato. En muchos casos compartieron con el equipo investigador imágenes que no eran de la comuna, así como relatos cargados de anhelo, mostrando elementos, espacios y lugares que no eran parte de su cotidianidad, de su barrio. Ello nos muestra un discurso que se sostiene en la necesidad de visualizar su tránsito por este entorno y la complejidad que reviste el desarrollo de la ciudadanía, lo comunitario y el bien común en entornos de tanta hostilidad, maltrato y abandono.
A continuación, compartiremos un análisis de la información producida, buscando responder a la interrogante acerca del impacto de una socialización en contexto de vulnerabilidad y profunda desigualdad social en el desarrollo de una ciudadanía comunitaria.
Como se destacó anteriormente, un primer momento de la indagación buscó entender qué comprendían por ciudadanía. Las respuestas fueron diversas y dispersas, marcadas por sus experiencias vitales, expectativas y necesidades. Si bien se identifica en los NNJ un alejamiento experiencial en torno a la noción de ciudadanía, sí son categóricos al momento de vincularla con la idea de «personas»; sin embargo, ¿a qué tipo de personas aluden?
Al respecto, una pregunta realizada por una de las niñas participantes permite construir una de las posibles respuestas a esta inquietud: «Tía, ¿los niños somos ciudadanos?». A simple vista, parece ser que el abordaje de la ciudadanía inevitablemente trae a colación la tan discutida problemática del adultocentrismo en la relación infancias-ciudadanía. Quizás, y analizando la información producida, también estaba implícita dentro de ella la cuestión sobre si quienes viven en Cerro Navia son ciudadanos y ciudadanas o no.
Ahora bien, hay un tema que el análisis de la ciudadanía no puede desconocer —al menos desde la perspectiva trabajada— y que tiene que ver con las relaciones históricas de poder y exclusión, las explícitas formales y las sutiles silenciadas. Dicho esto, para las niñas y los niños de Cerro Navia, su comprensión de la ciudadanía requiere de una revisión en relación a dos aspectos: primero, la condición de silenciamiento-invisibilización, adultocéntrica e histórica en torno a los procesos participativos de las infancias; y, en segundo lugar, la marca de desigualdad y estigma territorial que establece nacer y vivir en Cerro Navia (como expresaron las y los propios NNJ en diferentes y reiteradas reflexiones). Entonces, cualquier forma que adquiera la comprensión y el ejercicio ciudadano para las infancias en este contexto exige entenderse desde constreñimientos históricos, culturales y estructurales. En definitiva, desde este entendimiento, en esencia la ciudadanía estaría asociada a la idea de personas que la expresan; no obstante, no todas las personas tendrían la posibilidad de ser concebidas como ciudadanos y ciudadanas en sus imaginarios sociales.
A pesar de la dispersión de las observaciones, al agrupar en áreas las respuestas dadas por las y los NNJ, buscando encontrar relaciones, se identifican elementos que reproducen miradas tradicionales, al tiempo que otras combinan elementos que dan paso a una mirada menos convencional.
En primer lugar, la ciudadanía está asociada para ellos y ellas con elementos tales como: supermercados, ferias, restaurantes, autobuses, transporte subterráneo, transporte privado (por ejemplo, a través de plataformas como Uber), centros comerciales, entre otros. Por tanto, de algún modo hacen referencia a espacios e infraestructuras asociadas a una serie de servicios ligados a la sostenibilidad de la vida diaria en la ciudad. Lo llamativo es que muchos de los elementos descritos no forman parte de su contexto de vida cotidiana; esto porque, por ejemplo, en su comuna no existe cobertura del sistema de transporte subterráneo (Red Metro), no hay centros comerciales, ni grandes cadenas de supermercados.
Por tanto, la ciudadanía se configura en cuanto al deseo y la aspiración de un algo u otro que no poseen, al menos no en su proximidad local. Los contenidos simbólicos que dinamizan ese deseo y aspiración se sitúan en el núcleo de la ciudad próspera y ordenada de la modernidad occidental, donde se satisfacen las necesidades individuales generalmente basadas en la economía de mercado y el consumo como dinámica estructurante (Taylor, 2004). En última instancia, estos elementos del deseo en torno a la ciudadanía, hablan de los derechos y la igualdad de oportunidades que los habitantes de la comuna no necesariamente tienen al alcance. Esto refuerza el supuesto previo de que en el imaginario social de la ciudadanía de los NNJ participantes del estudio no todos son ciudadanos y ciudadanas. A su vez, nos conduce a las explicaciones teóricas que señalan que, en último término, la ciudadanía no puede comprenderse únicamente desde el estatus legal (Cortina, 2005).
Seguidamente, son los lugares específicos y el juego-recreación los que también son relevantes para ellos y ellas. Los lugares abarcan desde países, hasta espacios puntuales tales como el Palacio de la Moneda o la Plaza de Armas de Santiago o la simple referencia abstracta a la ciudad. En todo caso, enfatizan la territorialidad y la espacialidad como elementos constitutivos de la ciudadanía. Si bien la ciudadanía ocurre y está vinculada a la pertenencia a un lugar y sus símbolos, para estos NNJ, ese lugar de enunciación (ciudad o país) puede ser presentado desde una indefinición o abstracción. Es decir, al momento de hacer referencia a la idea de ciudadanía, aluden a sus países de procedencia o de residencia actual; sin embargo, en ningún caso hacen referencia a la comuna o barrio donde habitan. Por tanto, en su imaginario parece ser que la ciudadanía no ocurre en su comunidad, sino que sigue ocurriendo en otro lugar donde la vida es mejor y donde se hallan sus deseos.
Por su parte, la ciudadanía es vinculada al juego/recreación a través, específicamente, del uso de plataformas de videojuegos tales como Xbox, Nintendo Wii, Playstation o el computador; pero lo anterior por sobre la interacción física entre personas y la práctica espacial en espacios públicos. El anterior predominio del juego y la recreación virtual puede ser entendida como esperable en la actualidad, sobre todo porque vivimos en tiempos caracterizados por la irrupción de una serie de procesos de digitalización que han impactado sobre distintas dimensiones de la vida cotidiana, los cuales, además, se intensificaron durante y pospandemia. Sin embargo, según el relato de los NNJ participantes del estudio, el uso de estos aparatos y plataformas que permiten interacciones virtuales también responde a un confinamiento espacial producto de la falta de espacios públicos que proporcionen condiciones de seguridad mínima y una experiencia de agrado y pertenencia que permita su práctica colectiva cotidiana. A pesar de esto, y en el espíritu de reivindicar las prácticas ciudadanas desde su amplitud y diversidad, donde se incluyan las nuevas formas de interacción de las infancias y juventudes, cabe pensar que jugando también se es ciudadano y ciudadana.
Dicho esto, resulta interesante visualizar que, a pesar de las condiciones de vulneración en que los NNJ socializan, persiste la necesidad del juego como espacio vital, independiente del espacio en el que se desarrolle. Este elemento no es menor; desde nuestro criterio, es quizás uno de los caminos más potentes para favorecer procesos de integración social y de socialización que conduzcan a un mayor agenciamiento de los NNJ.
Finalmente, la presencia de elementos asociados al Estado y al gobierno, también en los NNJ los derechos y deberes se enfatizan en una mirada tradicional de la ciudadanía. No obstante, el espacio otorgado a las personas, sus relaciones, tradiciones, comidas y culturas se alejan de una mirada tradicional que aporta un cierto equilibrio.
En síntesis, para las y los NNJ participantes de esta experiencia la ciudadanía no es una categoría que forme parte de su realidad cotidiana; no existe una interiorización personalizada de la misma y los elementos que se estructuran en torno a ella, con un peso mayor en la mirada tradicional. No se conectan con lo comunitario y se dinamizan desde el constreñimiento estructural y cultural. Si bien con un peso relevante en las personas, los criterios compartidos mueven la balanza de la comprensión de la ciudadanía en una dimensión que la vincula con la ciudad del consumo y de servicios.
Al complementar lo anterior con sus visiones de su comunidad, su barrio, su contexto de vida cotidiana, surgen elementos que refuerzan la tensión con la posibilidad de una ciudadanía, de manera general, y de carácter comunitario, en particular.
La visión general de su barrio se dinamiza desde la insatisfacción. Existe una observación reiterada de espacios enrejados, árboles, pasto, vegetación, autos y motos. Los lugares que son relevados en la observación etnográfica son las plazas, las áreas verdes, los puestos de comida, los pequeños comercios o almacenes, el hospital, los carabineros y la Casa de la Cultura. Sin embargo, la presencia de las personas que habitan la ciudad, en la observación realizada por las y los NNJ, es prácticamente nula. ¿Dónde están los ciudadanos?, ¿qué significa una ciudad sin personas?, ¿qué relación tiene esto con una visión que, como vimos, coloca a la persona en el núcleo de la comprensión de la categoría?
Como equipo observador también constatamos que son puntuales los ámbitos donde se encuentran personas habitando lo barrial dentro de la comuna; por tanto, no es una percepción de las niñas y los niños desconectada de la realidad. Los elementos que analizamos permiten entender que, efectivamente, las personas habitan sus hogares, pero no el barrio por razones de seguridad. Todo ello continúa reforzando la dificultad para pensar lo comunitario en este contexto y permite comprender la visión de las y los NNJ que coloca la ciudadanía en un otro lugar deseado, sin vínculos con su ámbito de vida.
Puntualizando en algunos de estos elementos observados, en primer lugar referir que su imagen del barrio se estructura en torno a la inseguridad, el peligro, la violencia, el narcotráfico (y las «buenas» casas asociadas a ellos). Profundizando en esto, hacemos una pausa reflexiva en lo que específicamente nos sugieren algunas de sus observaciones fotográficas, partiendo del énfasis puesto en las rejas( figuras 1 y 2).
Nota. Fotos tomadas por niños y niñas participantes de la experiencia.
Como se ha señalado reiteradamente en este escrito, el encierro, la peligrosidad y el miedo emergen como una constante en la mirada de los NNJ, solo que, en esta ocasión, también emergen desde el ejercicio de observación visual del barrio que realizaron. Es así como la Comisaría de Carabineros apareció en las fotografías como identificación barrial, enfatizando en el tema del control y la seguridad en un contexto hostil. Sin embargo, como también se señaló anteriormente, en sus discursos y reflexiones, Carabineros es una entidad no percibida positivamente por las niñas y niños; según sus miradas estos no hacen su trabajo como se espera.
Al momento de presentar su comuna, NNJ hablan de que «la comuna está dividida; antes eran más unidos», «la convivencia se resuelve a combos», «la gente ya no se comunica como antes; antes la gente salía a chismear de cualquier cosa, pero ahora ya no», «existe mucho la envidia», «la gente se protege con un bate». Parece ser que la marca de la violencia y sus diferentes prácticas, así como la desunión, alejan la posibilidad de lo comunitario.
Otro elemento de peso observado por las y los NNJ está en las condiciones de vida y el deterioro de la infraestructura barrial, caracterizado por la insalubridad, los basureros, el abandono de animales y la mala infraestructura eléctrica (figuras 3,4 y 5).
Nota. Fotos tomadas por niños y niñas participantes de la experiencia.
Las y los niños también buscan las plazas, algunas de las cuales tienen instalados equipos para ejercicios y juegos infantiles. Sobre estas, los niños comentaron que no les gusta, pero que tampoco les dejan salir porque «es muy peligroso; mataron a una persona en un auto» o, también, «a las 3 de la tarde ya hay borrachos en las plazas». Sin embargo, cuando encontraron la plaza con juegos infantiles, observamos cómo la tomaron con disfrute y felicidad (figuras 6 y 7). De tal manera, el juego vuelve a aparecer en tensión con su realidad y vulneración, pero también como camino generador de unidad, de satisfacción, de alegría y, en tanto tal, como vehículo a pensar de cara a procesos socializadores efectivos.
Nota: Fotos tomadas por niños y niñas participantes de la experiencia.
Un aspecto que si bien dejamos para el final, creemos que es fundamental, a saber, la escuela es visualizada como un espacio de doble carácter: al mismo tiempo generadora de satisfacción y considerada en la visión de las y los NNJ como una zona de peligro, rodeada de espacios con igual connotación de riesgo. En los ejercicios de mapeo realizado, NNJ identifican las calles y avenidas aledañas al colegio con absoluta generalidad como zonas de alto peligro, así como a la propia escuela como un espacio no seguro. Por tanto, el reto se sitúa en cómo potenciarla como ámbito de contención y socialización efectiva. Así, la revisión de las prácticas educativas de las instituciones escolares se vuelve urgente, en particular, en contextos como los descritos; mientras que el juego como herramienta socioeducativa requiere reivindicarse dentro de la conformación curricular. No obstante, también hay que enfatizar en la comprensión de la institución y sus actores educativos como parte de ese contexto descrito por las y los niños, esto es, también marginados y vulnerados.
Finalmente, ¿es posible pensar y potenciar una ciudadanía comunitaria en este contexto y con estos contenidos simbólicos mediando su interpretación de su territorio? ¿Cómo podemos generar procesos socializadores que permitan avanzar en una ciudadanía comunitaria que fortalezca la unión y el vínculo territorial efectivo?
Discusión
Lo abordado en el presente trabajo es una primera aproximación a una investigación de mayor alcance. Los resultados obtenidos, si bien pueden ser vistos como restringidos a un grupo reducido de NNJ de solo una escuela de la comuna, permiten comenzar a esbozar alguna información para responder las preguntas planteadas.
En primer lugar, el territorio, por sus características históricas de vulneración, constriñe la posibilidad de una ciudadanía comunitaria en los NNJ de la comuna de Cerro Navia. En sus imaginarios sociales la ciudadanía no ocurre en su comunidad, sino en otro lugar de enunciación ajeno, pero deseado.
En segundo lugar, los imaginarios sociales de ciudadanía se configuran en los participantes desde una combinación de aspectos mayormente centrados en lo tradicional (derechos y deberes), pero con baja elaboración y apropiación. Están marcados por el constreñimiento estructural y cultural que configura su realidad cotidiana; por ello el elevado peso dado en sus imaginarios sociales de la ciudadanía a los aspectos que ponen énfasis en el consumo y los servicios. Estructuran la ciudadanía desde el deseo de algo que no tienen y, por ende, se configura en un nivel básico de los derechos y la justicia social. Todo ello establece una relativa distancia con el desarrollo de una ciudadanía comunitaria. Sin embargo, como ejercicio, la ciudadanía se expresa en estos niños, niñas y jóvenes desde el juego, introduciendo con ello elementos que matizan la mirada tradicional, dando importancia al goce, el deseo y, finalmente, a la emoción como conectores con las y los otros (Martínez & Quintero-Mejía, 2016); siendo todos estos elementos más cercanos a la mirada comunitarista de la ciudadanía.
Tercero, la matriz adultocéntrica que dinamiza el funcionamiento social, y que históricamente ha silenciado e invisibilizado a NNJ, junto a las variables socioestructurales y culturales que caracterizan al territorio, requieren analizarse para dar cuenta de todos los atravesamientos que afectan a la ciudadanía. La ciudadanía se aprende desde la práctica cotidiana; dicho el aprendizaje también está mediado por las prácticas de poder y sujeción adultocéntricas, así como por las limitaciones que impone un contexto de violencia, miedo, encierro, pobreza y desigualdad. Finalmente, la escuela y otras instituciones socializadoras de la comunidad no son visualizadas por NNJ como espacios de contención, satisfacción y protección.
A partir de estos elementos, es imprescindible referir que se requiere iniciar un trabajo desde las políticas públicas que atiendan la situación de la comuna y el trabajo con las familias e instituciones encargadas del cuidado y protección de NNJ.
Por nuestra parte, como investigadoras e investigadores, apostamos a que en la escuela exista la posibilidad de generar un entorno de integración social, disfrute, cohesión y sentido de pertenencia que potencie el camino hacia la vivencia de lo comunitario como ámbito de actuación y bienestar. Por ello, justamente este proyecto se propone, entre sus objetivos finales, diseñar e implementar una propuesta de acompañamiento para el fortalecimiento de la ciudadanía comunitaria en NNJ desde instituciones socializadoras en la comuna, en particular las instituciones educativas.
En este camino, la experiencia nos arroja algunas luces. En primer lugar, la importancia que tiene para los NNJ el juego. El nivel de involucramiento que produjeron los talleres que emplearon herramientas lúdicas en las y los NNJ refuerza la trascendencia de ajustar a sus necesidades las prácticas socializadoras de las instituciones educativas y también las propias de la academia. El juego permite romper las lógicas adultocéntricas y de la educación bancaria, para avanzar hacia la transformación de salas y patios de las escuelas en lugares que potencien la creatividad, la interacción y, finalmente, el bienestar. El juego nos recuerda que, si no existe goce y deseo, no hay posibilidad de expresión genuina del sujeto político entendido desde su deseo de ser actor y emanciparse (Touraine, 1997). Es así como, «el deseo son todas las formas de voluntad de vivir, de crear, de amar; a la voluntad de inventar otra sociedad, otra percepción del mundo, otros sistemas de valores» (Guattari & Rolnik, 2006, p. 254).
Como investigadoras e investigadores nos enfrentamos a varios retos en la continuidad del proyecto. En primer lugar, la tensión entre los tiempos de la academia y los del mundo real donde habitan las y los NNJ. Segundo, el crear la confianza en sujetos marcados por el aprendizaje de la desconfianza y la desesperanza como camino de supervivencia. En tercer lugar, generar caminos de potenciación gradual de la capacidad reflexiva, dialógica, colaborativa y participativa requiere tiempo, permanencia, sistematicidad y ello resulta vital para alejarnos de las habituales prácticas extractivistas de la academia.
Finalmente, desmontar nuestros aprendizajes y expectativas adultas (también profesionales, clase media, entre otras estructuras), que no podemos obviar, es necesario para avanzar en el puente de diálogo intergeneracional, la búsqueda de la horizontalidad y la co-construcción de saberes desde sus necesidades y expectativas, no las nuestras. Lo anterior es un reto que solo es posible lograr desde la permanente autobservación, la vigilancia epistemológica y la puesta en discusión de nuestras miradas, análisis, interpretaciones, con las y los NNJ que confían sus mundos en nosotros/as.
Agradecimientos
La presente investigación fue financiada por el Fondo de Proyectos Internos de Investigación de la Universidad de las Américas 2023-2024. Agradecemos a la Escuela Básica Herminda de la Victoria, a su Directora Cinthia Borges, profesoras/es y, en especial, a los niños y niñas participantes del estudio. De igual forma, agradecemos a la Casa de la Cultura y las Artes Violeta Parra; a Mauricio Nilo, Francisca Moraga que formaron parte del equipo investigador y a las estudiantes de la Universidad de las Américas participantes en diferentes momentos de la investigación, Belén Gutiérrez y Leonor Ampuero.
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* El artículo presenta resultados de una investigación denominada «Imaginarios sociales de ciudadanía: acercamiento a la mirada de niñas y niños en Cerro Navia», desarrollada con recursos de la Universidad de Las Américas. La investigación se inició en marzo de 2023 y culminará en enero 2025. El equipo que forma parte de este trabajo estuvo integrado además por: Mauricio Nilo, Francisca Moraga y Belén Gutiérrez. Área: ciencias sociales. Subárea: ciencias sociales interdisciplinares.
[1]
Taller «Con Víctor en la Memoria», Víctor Jara, síntesis, UDLA 2022.
[2]
La Casa de las culturas, las artes y las ciencias Violeta Parra, de la
Dirección de Cultura de la Municipalidad de Cerro Navia, es comúnmente llamada «Casa
de la cultura».
Para citar este
artículo: Castilla-García,
C., Reyes-Bahamondes, J., Cornejo-Díaz, D., & Valenzuela, C. (2025).
Imaginarios de ciudadanía comunitaria en infancias y juventudes de Cerro Navia,
Chile. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 23(1),
1-26. https://doi.org/10.11600/rlcsnj.23.1.6427