Segunda sección: estudios e investigaciones
DOI: 10.11600/rlcsnj.22.2.6142
Estrés escolar y estilos parentales en adolescentes colombianos durante el covid-19*
School Stress and parental bonding in Colombian
adolescents during Covid-19
Estresse
escolar e vínculo parental em adolescentes colombianos durante a Covid-19
Rodrigo
Rojas-Andrade, Ph. D.1
Felipe Agudelo-Hernández,
1 Universidad
Santiago de Chile. Psicólogo.
Magíster en psicología comunitaria. Doctor en Psicología, Universidad Santiago
de Chile. Profe-sor Universidad Santiago de Chile. 0000-0002-6459-6902. H5: 5
Correo electrónico: rodrigo.rojas.a@usach.cl
2 Universidad
de Manizales, Colombia. Médico
y cirujano, especialista en psiquiatría, subespecialista en psiquiatría de
niños y adolescentes. Doctor en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud,
Cinde-Universidad de Manizales. Profesor Universidad de Manizales, Colombia.
0000-0002-8356-8878. H5: 5. Correo electrónico: afagudelo81703@umanizales.edu.co
Recibido: 17.07.2023 Aceptado:
13.03.2024 Publicado: 26.04.2024
Resumen
(analítico)
Para
examinar las diferencias en estrés escolar, en función del estilo parental
entre adolescentes colombianos, se administraron el Parental Bonding Instrument
y un índice de estrés escolar a 1287 adolescentes del departamento de Caldas,
Colombia. El análisis reveló que 35.1% de los participantes mostró una
preocupación académica excesiva. Respecto a la percepción del estilo parental,
31.6% reportó recibir crianza óptima, 14.1% una restricción cariñosa, 26.5%
crianza con control sin afecto y 27.7% crianza negligente. Los resultados
indicaron correlación significativa entre estrés escolar y control parental,
así como correlación negativa significativa con el afecto. Los estilos
parentales que equilibran adecuadamente afecto y control se asociaron con
respuestas de estrés escolar bajas, sugiriendo la importancia de fomentar
prácticas de crianza equilibradas para mejorar el bienestar académico de los
adolescentes.
Palabras
clave:
Estrés psicológico; ansiedad;
relaciones padres-hijo; cuarentena. Tesauro DESC.
Abstract (analytical)
To examine
differences in school stress based on perceived parental style among Colombian
students, the Parental Bonding Instrument and a school stress index were
administered to 1287 adolescents from the department of Caldas, Colombia. The
analysis revealed that 35.1% of participants exhibited excessive academic
concern. Regarding the perception of parental style, 31.6% reported receiving
optimal parenting, 14.1% reported affectionate restraint, 26.5% parenting with
control without affection, and 27.7% described neglectful parenting. The
results indicated a significant correlation between school stress and parental
control, as well as a significant negative correlation with affection. Parental
styles that appropriately balance affection and control were associated with
lower school stress responses, suggesting the importance of promoting balanced
parenting practices to improve the academic well-being of adolescents.
Keywords: Psychological stress; anxiety; parent-child relations;
quarantine.
Resumo (analítico)
Para
examinar as diferenças no estresse escolar em função do estilo parental
percebido entre estudantes colombianos, o Instrumento de Vinculação Parental e
um índice de estresse escolar foram administrados a 1287 adolescentes do
departamento de Caldas, na Colômbia. A análise revelou que 35.1% dos
participantes mostraram uma preocupação acadêmica excessiva. Em relação à
percepção do estilo parental, 31.6% relataram receber uma criação ótima, 14.1%
uma restrição carinhosa, 26.5% criação com controle sem afeto e 27.7%
descreveram uma criação negligente. Os resultados indicaram uma correlação
significativa entre o estresse escolar e o controle parental, bem como uma correlação
negativa significativa com o afeto. Estilos parentais que equilibram
adequadamente o afeto e o controle foram associados a respostas mais baixas de
estresse escolar, sugerindo a importância de promover práticas de criação
equilibradas para melhorar o bemestar acadêmico dos adolescentes.
Palavras-chave:
Estresse
psicológico; ansiedade; relações país-filho; quarenten.
Introducción
El
estrés escolar es un estado psicológico que surge de la compleja
interacción entre el individuo y su contexto educativo. Se caracteriza por la
percepción de demandas externas que superan los recursos
disponibles para su adecuado manejo (Fraser et al.,
2021). Esta definición abarca principalmente
dos dimensiones: los estresores y las reacciones orgánicas. Algunos estresores
incluyen las elevadas cargas de trabajo académico (Pillai et al., 2023), las interacciones desafiantes
con el profesorado (Hosseinkhani et
al., 2021), las prolongadas
jornadas educativas (Anupama & Sarada, 2018) y la presión entre pares
(Kaushal et al., 2018). Por otro lado, las
respuestas orgánicas más comunes son la inquietud, el temor, el nerviosismo
y la preocupación (Jiménez-Mijangos et
al., 2023). Este tipo de estrés se
distingue de otros trastornos ansiosos por su contenido específico, que se centra en las preocupaciones directamente
asociadas a las tareas académicas y otras demandas intrínsecas al contexto
escolar (Fraser et
al., 2021).
En
el contexto de la reciente pandemia por la covid-19, la comprensión del estrés
escolar cobra especial relevancia. Este periodo no solo intensificó los
estresores ya existentes, sino que también introdujo nuevos desafíos para los estudiantes. La prevalencia del estrés
escolar, alta entre los adolescentes en particular (Pillai et al., 2023; Reddy et al., 2017), experimentó un aumento
significativo durante la pandemia. Factores como las altas
cargas de trabajo académico, las barreras al aprendizaje en línea, los desafíos financieros familiares y los conflictos
interpersonales se combinaron para agravar esta situación (Ibda et al., 2023). Como consecuencia, se
evidenciaron marcadas dificultades en la capacidad de los
estudiantes para concentrarse y completar sus tareas escolares (Lessard &
Puhl, 2021).
El
estrés escolar repercute negativamente en los procesos cognitivos y
motivacionales, cruciales para el aprendizaje, exponiendo a los estudiantes a
fracasos educativos (Högberg, 2021; Tekin & Aydin, 2022). La evidencia
muestra una fuerte correlación entre el estrés escolar y el incremento en la
incidencia de problemas de salud mental. Por ejemplo, se ha observado que el estrés escolar severo duplica la probabilidad
de depresión
en adolescentes (Jayanthi et
al.,
2015) e incrementa la ideación suicida (Okechukwu et al.,
2022), los trastornos de ansiedad (Trevethan et al., 2021), los trastornos del
sueño (Quispe &
Rodríguez, 2022) y el consumo de sustancias (Pascoe et al.,
2020). La ausencia de tratamiento adecuado para estos problemas puede resultar
en un desarrollo crónico, lo que
eleva el riesgo de padecer futuros trastornos psiquiátricos en la adultez (Fraser et al.,
2021; Högberg, 2021).
El
estrés escolar como proceso sistémico-cognitivo
Desde una perspectiva
sistémico-cognitiva, la conceptualización del estrés escolar hace énfasis en la
interacción dinámica entre los estudiantes y las demandas académicas. Este enfoque sostiene que los estudiantes
realizan una evaluación cognitiva de las demandas educativas frente a los
recursos disponibles para enfrentarlas (Barraza, 2006). Esta evaluación no solo
depende de las capacidades personales, sino también de la importancia que estas demandas
tienen dentro de relaciones significativas con figuras clave como padres,
docentes y pares, quienes
actúan como evaluadores naturales del desempeño social y académico (Kellam et al.,
2011).
En este contexto, las
demandas académicas se transforman en estresores cuando amenazan con perturbar
la rutina diaria en la que
el estudiante está acostumbrado a responder con éxito y provienen de contextos
relacionales significativos. Por ejemplo, el examen final de una
asignatura dictada por un profesor importante puede generar ansiedad en el
estudiante, especialmente si siente que
carece del tiempo o los recursos necesarios para completarlo
satisfactoriamente. Estas situaciones, al acumularse, pueden llevar a un estado
de desequilibrio. Los
síntomas físicos,
como la cefalea o la fatiga crónica, junto con manifestaciones psicológicas,
como la ansiedad o la tristeza, así como comportamentales, como la
procrastinación o el aislamiento social, evidencian la intensidad del estrés
académico que
enfrenta el estudiante (Kaur, 2014).
Las estrategias de
afrontamiento que
los estudiantes eligen son cruciales para restaurar este equilibrio sistémico.
Se ha observado que
las estrategias activas, como la búsqueda
de soluciones y el apoyo social, tienen un efecto mitigador sobre los impactos
negativos del estrés. Por contraste, estrategias pasivas o de evitación pueden
exacerbar la vulnerabilidad a trastornos de salud mental (Kaushal et al.,
2018; Pillai et
al.,
2023).
El desarrollo y la selección
de estas estrategias de afrontamiento están significativamente influenciadas
por el entorno familiar y los vínculos parentales. Los niños y jóvenes criados
en ambientes seguros y estimulantes son más propensos a desarrollar habilidades
de funcionamiento ejecutivo avanzadas, lo que
les facilita planificar, resolver problemas bajo incertidumbre y gestionar
relaciones de manera efectiva (Montoya-Arenas et al., 2017). Esto evidencia
cómo los estilos parentales y el contexto familiar desempeñan un papel mediador
crítico en la relación entre el estrés académico y la salud mental, a través
del desarrollo neuropsicológico y la acumulación de experiencias de aprendizaje
(Huamán, 2016; Raffagnato
et al.,
2021).
La influencia del estilo de
crianza y la calidad de las relaciones familiares se extiende a la manera en que los adolescentes
navegan y se recuperan de situaciones estresantes, incluido el maltrato,
potenciando así su resiliencia o exacerbando sus vulnerabilidades (Deambrosio et al.,
2018). Además, las actitudes y comportamientos de las figuras adultas significativas
en diversos contextos cumplen un papel esencial en el bienestar emocional y la
adaptación de los adolescentes a circunstancias estresantes (Leal & Macedo,
2019; Sánchez-Reyes et
al.,
2019). Estos hallazgos ponen de relieve la necesidad de una comprensión
integral del estrés escolar que
incorpore el papel del entorno familiar y los estilos parentales en la
promoción de la salud mental y el desempeño académico.
Estrés
escolar y estilos parentales
Los estilos parentales son
esquemas prácticos que derivan en
prácticas parentales, las cuales son transmitidas a los hijos y crean un clima
determinado en la crianza (Darling & Steinberg, 1993). Por su parte,
Baumrind (1966) propone tres estilos: el autoritario, el permisivo y el
democrático. En el primero predomina la obediencia sobre la autonomía; en el
segundo predomina la falta de control y el tercero aplica para aquellos padres que ejercen de forma
óptima el control y la autonomía (Baumrind, 1966).
Rodrigo et al. (2009),
entre otros autores, definen la estos estilos parentales como un conjunto de
capacidades que
permiten a los cuidadores principales identificar las necesidades evolutivas y
educativas de sus hijos e hijas, para así afrontarlas de forma flexible y
adaptativa. Lo anterior, según las diferentes etapas de la vida y los
estándares considerados como aceptables por la sociedad, aprovechando todas las
oportunidades y apoyos que
les brindan los sistemas de influencia de la familia para desplegar dichas
capacidades (Rodrigo et
al.,
2009).
Desde la teoría del vínculo
de apego, el estilo parental se compone de dos dimensiones, el afecto y el
control, que
al cruzarse generan cuatro clases de estilos de parentalidad: control sin
afecto, constricción con afecto, ausencia de vínculo o negligencia y crianza
óptima (Iwasaki et
al.,
2023). La dimensión del afecto hace referencia a la empatía, el cariño y la
comunicación con los hijos, mientras que
la dimensión del control se refiere a la imposición de normas, límites y
demandas de desempeño en múltiples dominios. Los padres que ejercen una
crianza óptima son afectivos y empáticos, pero también instauran un alto grado
de exigencia que
son adaptada a sus hijos por medio de estrategias que les permiten una
exploración segura del mundo ofreciendo mayores oportunidades de aprendizaje.
Por el contrario, padres con estilos negligentes tienden a descuidarse tanto en
su expresión afectiva como en la preocupación y exigencia que les transmiten a
sus hijos (Devine et
al.,
2016; Hughes & Devine, 2019).
Se ha evidenciado que los estilos
parentales de crianza negligente o de sobreprotección y la dimensión de
exigencia del apego están asociados a problemas de salud mental (Raffagnato et al.,
2021). En un estudio con 1124 adolescentes pakistaníes se halló que un alto control
por parte de las madres predice la aparición de los síntomas de ansiedad
(Shahbaz et al.,
2021). Un estudio con mujeres brasileñas encontró resultados similares: aquellas mujeres que percibían a sus
madres como negligentes recibieron 6.39 veces más diagnósticos de trastorno de
ansiedad que aquellas que percibían a sus
madres como con estilos seguros. Una situación similar se dio en el caso de las
mujeres que percibían a sus
madres como controladoras, quienes
recibieron 5.6 veces más diagnósticos (Khalid et al., 2018). En el campo escolar
un estudio con 433 estudiantes griegos de ocho a trece años encontró que la crianza
sobreprotectora se asociaba positivamente con mayor riesgo de estrés
postraumático frente episodios de acoso escolar (Castelli et al.,
2015).
Con respecto al estrés
escolar, un estudio con 447 estudiantes adolescentes coreanos evidenció que aquellos que percibieron un
vínculo óptimo o democrático con sus padres, reportaron puntajes más bajos
tanto en agotamiento emocional como en cinismo e ineficacia escolar, que aquellos que informan un estilo
parental sin afecto (Plexousakis et
al.,
2019). En esta misma línea, estudios sobre las presentaciones escolares han
encontrado que
los estudiantes que
informan un estilo parental sobreprotector abordan esta tarea con temores significativamente
elevados, mayores niveles de estrés y un rendimiento más bajo que aquellos que reportan un estilo
parental óptimo (Palacios et
al.,
2022). Todos estos resultados validan la hipótesis de que la percepción del
estilo de crianza de los padres se asocia en gran medida a la respuesta ante el
estrés escolar que
presentan los estudiantes adolescentes.
El presente estudio
investiga las diferencias en el estrés escolar según el estilo parental
percibido en estudiantes adolescentes colombianos del departamento de Caldas.
Los estilos parentales, que
abarcan desde enfoques
autoritarios hasta democráticos, desempeñan un papel fundamental en la manera
en que los adolescentes
perciben y gestionan las presiones académicas y los desafíos cotidianos
(Baumrind, 1966; Darling & Steinberg, 1993).
Mediante el análisis de la
literatura previa, se identifica
una conexión significativa entre los estilos parentales y la capacidad de los
estudiantes para enfrentar el estrés, lo que
subraya la relevancia de explorar esta dinámica (Khalid et al.,
2018; Shahbaz et
al.,
2021), especialmente en contextos latinoamericanos donde se ha encontrado que los estilos más
frecuentes son la crianza óptima y el negligente (Fourment et al.,
2022; Martínez Escudero et
al.,
2023). Adicionalmente, en estos contextos, la relación familia-escuela-salud
mental es un campo de investigación poco explorado, lo que sugiere la
necesidad de abordar más a fondo dicha relación (Castrillón-Correa et al.,
2021).
A partir de estos
fundamentos, se proponen las siguientes hipótesis:
1. Hipótesis 1 (H1): se
espera encontrar una relación positiva entre la percepción de estilos
parentales caracterizados por una alta dimensión de control y mayores niveles
de estrés escolar en estudiantes adolescentes. Este enlace sugiere que las prácticas
parentales controladoras limitan el desarrollo de estrategias de afrontamiento
autónomas, aumentando así la experiencia de estrés escolar (Baumrind, 1966;
Shahbaz et al.,
2021).
2. Hipótesis 2 (H2): se
anticipa una relación negativa entre la percepción de estilos parentales
marcados por una alta dimensión de afecto y los niveles de estrés escolar en
estudiantes adolescentes. Esta relación se basa en la idea de que el apoyo emocional
y la comprensión por parte de los padres son fundamentales para el bienestar
emocional de los adolescentes, lo que
facilita un manejo efectivo del estrés académico (Darling & Steinberg,
1993; Khalid et
al.,
2018).
3. Hipótesis 3 (H3): se
espera que los niveles de
estrés escolar varíen significativamente según el estilo parental percibido,
siendo menores en aquellos
estudiantes que
identifican estilos parentales óptimos. Esto refleja la expectativa de que un balance de
afecto y exigencia por parte de los padres promueva un ambiente que apoya el
desarrollo de resiliencia y habilidades de afrontamiento, con lo que se reduce la susceptibilidad
al estrés escolar (Martínez-Escudero et
al.,
2023; Plexousakis et
al.,
2019).
El presente estudio busca
contribuir al entendimiento de cómo la interacción entre los estilos parentales
y el estrés escolar podría influir en la salud mental y el ajuste académico de
los adolescentes. Este conocimiento es esencial para diseñar intervenciones
orientadas a fomentar prácticas de crianza que
fortalezcan las capacidades de afrontamiento de los estudiantes frente al
estrés, lo cual tiene implicaciones directas para la práctica educativa y el
apoyo familiar.
Método
Diseño
del estudio
Para esta investigación se
aplicó un diseño comparativo transversal. Este enfoque no experimental
posibilita la evaluación simultánea de variables en un instante específico,
puesto que facilita el
análisis de patrones sin necesidad de manipular variables o asignar
aleatoriamente a los participantes (Ato et
al.,
2013). Este método resulta especialmente apropiado para indagar condiciones
psicosociales ya existentes, como los estilos parentales y el estrés escolar en
adolescentes, proporcionando entendimientos relevantes sobre su interacción en
un contexto determinado.
Participantes
El estudio se llevó a cabo
durante el segundo semestre del 2021. Se optó por estrategias de muestreo por
conveniencia y bola de nieve para seleccionar adolescentes colombianos. Se
inició el proceso enviando correos electrónicos a directivos de establecimientos
educativos públicos en el departamento de Caldas (Colombia), solicitándoles
difundir una encuesta en línea entre sus estudiantes.
Adicionalmente, se incentivó
a los estudiantes que
completaron la encuesta a compartir la invitación con otros jóvenes interesados
en participar. Los criterios establecidos para la inclusión en el estudio requerían que los participantes
tuvieran entre diez y dieciocho años, acceso a dispositivo electrónico con
conexión a internet y que
sus cuidadores no presentaran déficit cognitivo o funcionamiento intelectual en
el umbral limítrofe.
Antes de completar la
encuesta, a todos los participantes se les presentó un consentimiento y
asentimiento ético que
debía ser aprobado tanto por el adolescente como por su cuidador. El
consentimiento informaba sobre los objetivos de la investigación, los requerimientos del
estudio y los aspectos éticos asociados al anonimato de las respuestas y la
voluntariedad de la participación. La investigación fue autorizada por la
Dirección Territorial de Salud de Caldas y por el Comité de Bioética de la
Universidad de Manizales con acta CB_022 del 2020; además se guió por las
orientaciones éticas de la American Psychological Association.
Para el presente estudio
1287 adolescentes completaron totalmente la encuesta en línea. El 50.4% dijo
ser de género femenino y, en promedio, la edad de los participantes fue 14.33
años (D. S. = 2.067). El 20% de los participantes señaló residir en territorios
rurales. El 59.1% vivía con ambos padres, el 33.1% solo con la madre y el 7.8%
con otros parientes. El 18.2% afirma presentar una enfermedad mental
diagnosticada por un especialista, del cual el 53.6% reporta recibir
tratamiento.
Medidas
Para evaluar los estilos
parentales se utilizó el Parental Bonding Instrument (PBI).
Desarrollado inicialmente por Parker et
al.
(1979), el PBI consta de 25 ítems distribuidos en dos subescalas: cuidado (12
ítems; puntaje máximo 39) y control
(13
ítems; puntaje máximo 39). Un ejemplo de ítem de la subescala de cuidado es
«Mis padres son cariñosos conmigo », y de la subescala de control: «Mis padres
intentan controlar todo lo que
hago». Cada ítem representa una afirmación que
se califica en una escala de
Likert de tres puntos (0 = totalmente en desacuerdo; 3 = totalmente en
acuerdo).
Las escalas del PBI pueden
utilizarse de manera independiente o combinada. De forma independiente permiten
evaluar las dimensiones de control y cuidado, mientras que de forma combinada
permiten identificar las cuatro clases de estilos parentales (Iwasaki et al.,
2023): crianza negligente (bajo afecto, bajo control), control sin afecto (bajo
afecto, alto control), crianza óptima (alto afecto, alto control) y restricción
cariñosa (alto afecto, bajo control). Para esta investigación se consideró un
punto de corte del 70 % para considerar alto un puntaje (escala de cuidado ≥ 31; escala de control
≥ 18). La
implementación de la PBI se ha validado en múltiples países del mundo (Robles et al.,
2016), así como en Colombia (Gómez et
al.,
2010).
El estrés escolar se midió
con un índice compuesto de cuatro ítems significativos de la Escala de estrés escolar,
previamente validada en Colombia por González et al. (2002). Se decidió emplear
solo esta cantidad de ítems, debido a la necesidad de utilizar un instrumento
breve y fácil de responder (Martínez & Díaz, 2007), los cuales están
enfocados en evaluar las experiencias comunes de estrés escolar entre adolescentes.
Los ítems son: «Me preocupo la mayor parte del tiempo por mi rendimiento
académico», «Me siento nervioso/a al hablar con mis padres sobre mi rendimiento
académico», «Tengo miedo de dirigirme a mis profesores para resolver dudas» y
«Me pongo nervioso/a en clases cuando se explica una nueva materia». Cada ítem
se califica en un escala de Likert de cinco puntos (1 = nunca; 5 = siempre).
La validez del indicador se
confirmó mediante un análisis factorial exploratorio. Para llevar a cabo el
análisis de la viabilidad del análisis factorial para determinar la validez de
constructo del instrumento, se usó el estadístico de Kaiser-Meyer-Olkin, con
una puntuación de .93, la cual se considera adecuada, según Hair et al.
(2004). También se usó el test de esfericidad de Barlett, con un valor significativo
(χ2 = 83565.029; gl = 44; p
< .001). Posteriormente, se realizó un análisis factorial exploratorio con
extracción de componentes principales y rotados (varimax de rotación ortogonal)
con la mitad de la muestra.
A partir del análisis
anterior se refleja una agrupación unidimensional de los cuatro ítems del
instrumento que
explican el 41.23 % de la varianza. Los ítems contaron con cargas significativas
que oscilaron entre
.52 y .81. Como índice de estrés escolar se utilizaron puntuaciones z; de esta
forma, cada sujeto recibió un puntaje desde -3 a +3 en estrés escolar,
considerando una distribución de promedio 0 y desviación estándar 1.
Análisis
de datos
Se utilizaron estadísticos
descriptivos para examinar el estrés escolar excesivo (respuestas a opción
siempre) considerando subgrupos de edad y sexo reportados. Para explorar la
relación entre el estrés escolar y las dimensiones de control y afecto se
aplicaron correlaciones de Pearson, calculando índices según sexo y controlando
la variable edad por medio de una correlación parcial. Posteriormente, se clasificaron
los participantes de acuerdo con el estilo parental percibido considerando el
percentil 70 como punto de corte. Para indagar las diferencias en el estrés escolar
en función de los estilos parentales se utilizó la prueba chi cuadrado. Por
último, para evaluar si el estrés escolar difería según el estilo parental, se
aplicó Anova y pruebas post
hoc Tukey
B. Todos los análisis fueron asistidos por el programa SPSS (versión 26).
Resultados
Estrés
escolar, control y afecto parental
Considerando solamente la
respuesta «siempre» de
los ítems de estrés escolar, se encontró que
el 35.1% presenta una preocupación académica excesiva y el 10.4% experimenta
nervios cuando habla de desempeño escolar con sus padres. El 6.4% siempre
siente miedo cuando consulta dudas con su profesor y el 3.9% expresa nervios
cuando está recibiendo una explicación.
Como se observa en las figuras
1a y , la preocupación por el desempeño es el síntoma de estrés escolar más
prevalente en la muestra independientemente del sexo y la edad de los
participantes. En el caso de las mujeres, la prevalencia más alta es a los 18
años (53.7%) y en el caso de los hombres a los 12 (36.49%).
Figura
1a Tendencias
en la frecuencia de respuestas «siempre» para ítems de
estrés escolar, por edad, entre participantes mujeres
La creación de un índice de
estrés escolar mediante el procedimiento de componentes principales permitió
contar con una variable transformada a puntuación z con
distribución normal, con respecto al control y al afecto. Por su parte, los
estadísticos descriptivos muestran una media de 15.35 (D. S. = 5.61) en la
dimensión de control, mientras que
en la dimensión de afecto una media de 27.27 (D. S. = 5.93). La dimensión de
control presentó una distribución normal con una asimetría de A = 0.183 y una
curtosis de K = .059 y la dimensión de afecto presentó una distribución con
sesgo negativo (A = -.477; K = -.226).
La correlación de Pearson
mostró que el estrés escolar
está relacionado positiva y significativamente con el control parental (r =
.221, p < .001) y de forma negativa y significativa con el afecto (r =
-.199, p < .001). Al calcular el índice de correlación por subgrupo se puede
observar el mismo resultado en entre mujeres y hombres. Sin embargo, en las
mujeres la fuerza de la correlación es más intensa para la dimensión del
cuidado (r = -.262) en comparación con los hombres (r = -.133).
Figura 1b Tendencias en la frecuencia
de respuestas «siempre» para ítems de
estrés escolar, por edad, entre participantes hombres
Para examinar de cerca la
relación entre el estrés escolar, el control y el afecto, se utilizó la
correlación parcial para controlar por edad. El efecto de la variable edad es
mínimo, inferior al 2%, sobre la correlación estudiada, con un r =
.233 (p < .001) para control y un r
=
-.191 (p < .001) para afecto. Los resultados de la correlación parcial muestran
finalmente que
en las mujeres el control tiene una asociación de r =
.237 (p < .001) con estrés escolar mientras que la dimensión de cuidado un r =
-.258 (p < .001). Para el caso de los hombres se encontró una correlación de
r =
.214 (p < .001) para control y de r
=
-.115 (p < .001) para afecto.
Estilos
parentales
Al explorar el estilo
parental obtenido mediante el cruce de las dimensiones de control y cuidado
reportado por los participantes, se encontró que el 31.6% percibe que sus padres les
entregaron una crianza óptima, el 14.1% una restricción cariñosa, el 26.5% una
crianza de control sin afecto y un 27.7% una crianza negligente.
Al distinguir por sexo, las
mujeres reportan una distribución similar con un 32% de adolescentes que perciben una
crianza óptima, un 14.5% una restricción cariñosa, un 28% una crianza de
control sin afecto y un 25.4% crianza negligente. En hombres, los resultados
señalan que los adolescentes
reportan un 31.2% de crianza óptima, un 13.8% de restricción cariñosa, un 24.9%
de control sin afecto y un 30.1% de crianza negligente.
Este último porcentaje
demuestra que
los hombres perciben un menor control y una vinculación afectiva distante de
sus padres durante su crianza.
Estrés
escolar y estilos parentales
Se encontró que el estrés escolar
difiere significativamente según el estilo parental percibido (F(3.1283) =
19.820; p < .001). La prueba post
hoc mostró
tres grupos homogéneos: el vínculo óptimo fue el que presentó menor puntuación de estrés
escolar con una media armónica de -.254; el control sin afecto fue la que presentó mayor
puntuación de estrés con una media armónica de .295, y la crianza negligente y la
restricción cariñosa no presentaron diferencias significativas entre ellas y
representaron el grupo intermedio con una media armónica de -.24 para la
primera y .06 para la restricción cariñosa.
Considerando el subgrupo de
hombres, se comprobó que
el estrés escolar varió según el estilo parental (F(3.634) = 8.133; p <
.001). No obstante, la prueba post
hoc solo
identificó dos grupos homogéneos: por un lado, el vínculo óptimo que presentó menor
puntuación de estrés escolar con una media armónica (H) de -.355 y, por otro
lado, los restantes tipos de estilo parental, los cuales no presentaron
diferencias significativas
entre ellos.
En mujeres también el estilo
parental influyó en el estrés escolar (F(3.645) = 12.501; p < .001). En este
caso, la prueba post
hoc identificó
tres grupos homogéneos, siendo el que
presentó menor estrés escolar la crianza óptima (H = -.157); el control sin
afecto fue el grupo que
presentó mayor puntuación de estrés escolar (H = .446), y el grupo intermedio
incluyó la crianza negligente y la restricción cariñosa. La figura 2 muestra las
barras de error con intervalo de confianza (IC 95%) y se puede observar gráficamente
los resultados comentados.
Figura 2 Comparación de los
intervalos de confianza al 95 % para el índice de estrés escolar en función del
género y el estilo parental percibido.
Discusión
Esta
investigación examinó diferencias en el estrés escolar en función del estilo
parental percibido entre adolescentes colombianos. En principio se encontró que aproximadamente uno de cada tres participantes
presentó preocupación académica excesiva. Esta preocupación, en el caso de los
adolescentes, podría estar relacionada con el trastorno de ansiedad
generalizada, el cual fue uno de los desórdenes mentales más comunes en
Latinoamérica durante la pandemia (Caycho-Rodríguez et al., 2021).
El
estrés escolar se distingue, entre otros desórdenes ansiosos, por la especificidad
de su contenido acerca de las preocupaciones asociadas a las tareas académicas
y a otras demandas propias del contexto escolar (Fraser et al., 2021). Durante la pandemia
estas preocupaciones escolares pudieron verse incrementadas debido a la
exposición a nuevos escenarios educativos, que provocaron incertidumbres y
dudas con respecto a la posibilidad de que los estudiantes presentaran
retrasos académicos y sociales (Palacio-Ortiz et al., 2020).
De hecho, esta investigación muestra que la preocupación académica es
mayor en los grupos de más edad, lo que puede estar relacionado al
incumplimiento de las expectativas de aprendizaje en los cursos superiores y su
posibilidad de ingreso a la educación superior. En este
sentido, se sugiere que
futuras investigaciones indaguen con mayor profundidad sobre el estrés escolar
durante la pandemia y sus efectos en las trayectorias educativas.
En cuanto al estilo parental
percibido, se encontró que
los estilos se distribuyen de manera relativamente homogénea en la muestra,
siendo la crianza óptima la que
tiene mayor prevalencia, seguida por la crianza negligente. Estos resultados
son consistentes con los presentados por estudios realizados en la región
(Fourment et al.,
2022) y pueden ser indicativos de pautas culturales de los países
latinoamericanos.
En este orden de ideas,
diversos investigadores han comenzado a abordar la parentalidad del enfoque de las etnoteorías
de la crianza, bajo el supuesto de que
los modelos culturales proporcionan marcos esenciales para dar forma a los
objetivos de socialización y las ideas que
las familias tienen sobre lo que
constituye una crianza eficaz
(Gómez-López & Mejía-Arauz, 2021). Este marco puede resultar útil para
indagar la distribución de los estilos de parentalidad y, en especial, la
predominancia de la crianza óptima, que
puede estar asociada a la orientación interdependiente/sociocéntrica
de
las familias latinas, frente a la orientación individual/independiente de
las familias euroamericanas (Fourment et
al.,
2022).
Los hallazgos de este
estudio brindan apoyo empírico a cada una de las hipótesis planteadas. En
relación con la H1, se observó que
el estrés escolar mantiene una relación positiva con el control ejercido por
los padres y una relación negativa con el afecto, patrón que parece persistir
más allá de las diferencias culturales en las que se examina (Plexousakis et al.,
2019). El control parental puede influir en el estrés escolar de varias
maneras, incluida la posible exposición de los niños a un ambiente familiar
caracterizado por la ansiedad o a demandas que
exceden y no se ajustan adecuadamente a sus capacidades.
En cuanto a la H2, el afecto
emerge como un escudo protector contra el estrés escolar. La interacción
empática y amorosa entre padres e hijos contribuye significativamente a la
autoestima escolar de los adolescentes, atenuando la presencia de malestar
psicológico al ajustar las expectativas de rendimiento y fortalecer su autoeficacia
(Fernandes et al.,
2023).
Finalmente, con respecto a
la H3, al analizar conjuntamente las dimensiones de afecto y control para definir estilos
parentales específicos, se confirmó que
los niveles de estrés escolar efectivamente varían entre ellos. Los estudiantes
que perciben a sus
padres como exigentes pero afectuosos, es decir, practicando una crianza
óptima, experimentan menos estrés escolar en comparación con sus pares. Por
contraste, aquellos
que describen a sus
padres como exigentes pero carentes de afecto enfrentan los mayores niveles de
estrés. Este patrón subraya la importancia crucial de combinar adecuadamente
afecto y exigencia por parte de los padres en los esfuerzos por regular el
estrés escolar.
En este sentido, es
ampliamente reconocido que
los procesos de desempeño para ser exitosos necesitan cierto nivel de estrés
positivo o eustrés.
Martínez y Díaz (2007) señalan que
el eustrés en el ámbito académico sería un estado en el que los estudiantes
perciben los estresores escolares como desafíos
o retos y no como amenazas, por lo que
estos no alcanzan a colmar las competencias personales ni los recursos
psicosociales disponibles, lo que
propicia el bienestar subjetivo y el crecimiento académico. Desde esta óptica,
las tareas escolares podrían ser percibidas como desafíos por los niños
cuando son acompañadas de cariño, empatía y comunicación en el contexto del
control parental, lo que
podría explicar en parte que
la preocupación académica sea menor en la muestra estudiada. Otros estudios en
el ámbito latinoamericano han precisado que
la cercanía con la familia de origen durante la pandemia por la covid-19 incide
en una mejor estructura y organización del tiempo libre (Osorio-Guzmán et al.,
2023). En cualquier
caso, resulta crucial seguir profundizando en estos hallazgos para comprender
mejor los efectos de los estilos de crianza sobre el estrés escolar, la salud
mental y el desempeño académico.
Aunque en este estudio se
señalan las propiedades psicométricas de las preguntas usadas para determinar
el estrés escolar, se reconoce como una limitación importante no haber usado un
instrumento que
estableciera el estrés escolar a partir de procesos psicométricos previos.
Futuras investigaciones deberían realizar seguimientos longitudinales que permitan conocer
mejor las trayectorias asociadas al estrés escolar y de salud mental de niños,
niñas y jóvenes criados bajo determinado estilo parental. Además, deberían aplicar
muestreos más amplios que
permitan distinguir otros subgrupos culturales y socio-económicos, para
analizar si la relación encontrada en esta investigación y en otras se mantiene
constante. Por último, también se deben considerar medidas más robustas que las utilizadas en
este trabajo, que
pueden ser consideradas de banda ancha o tamizaje.
En este sentido, es apenas
hace unas décadas que
el estrés escolar ha comenzado a ser un constructo que suscita interés
entre los investigadores, por lo que
aún no existe una definición o instrumento ampliamente aceptado. Algunos
autores centran su atención en los factores estresores de la escuela; otros en
la experiencia subjetiva de la angustia o la ansiedad, que fue la orientación
que siguió esta
investigación. Considerar la experiencia subjetiva del estrés permite centrarse
en los contenidos de las preocupaciones más que
en los factores existentes presumiblemente, mismo enfoque han utilizado
otras investigaciones durante la pandemia (Lessard & Puhl, 2021). Así
mismo, se deben indagar aspectos de la salud mental en cuidadores, ya que estudios en los
ámbitos mundial (Wang et
al.,
2021) y local, con población similar a la del presente estudio (Agudelo-Hernández
et al.,
2022), han señalado una importante asociación entre las variables de
parentalidad y salud mental en cuidadores principales de niños, niñas y
adolescentes.
En conclusión, esta
investigación permite visibilizar la importancia de los estilos parentales en
el estrés escolar; por ende, informa el diseño de programas de salud mental
escolar que fomenten una
educación parental de estilos de crianza óptimos en los cuales se mantengan
elevadas las exigencias, normas y límites frente a los hijos, pero al mismo
acompañadas de amor, empatía y una comunicación constante que permita
transformar en desafíos
las situaciones escolares que
habitualmente son vistas como factores estresores.
Notas
* Este artículo de
investigación se basa en la investigación realizada por los autores, desde
junio de 2020 hasta diciembre de 2021. Esta investigación no contó con
financiación. Área: salud. Subárea: salud mental,
parentalidad.
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Para citar este artículo: Rojas-Andrade, R. & Agudelo-Hernández, F. (2024).
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