Estudios e investigaciones
DOI: 10.11600/rlcsnj.22.2.5990
Managerialización
en políticas de protección a infancia
en Chile: perspectiva de trabajadores *
Managerialization of child protection policies in
Chile: the workers’ point of view
Managerialização
das políticas de proteção à criança no Chile: ótica do trabalhador Resumo
(analítico)
Josiane Teresinha
Ribeiro de Souza, Ph. D.1
Camila Mok-Aravena
Enrique Baleriola-Escudero,
Karol Morales-Muñoz,
Lorena Núñez-Parra,
Vicente Sisto-Campos,
1 Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso, Chile. Psicóloga, Universidade do Vale do Itajaí.
Candidata a Doctora en Psicología, Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso (Chile). 0000-0003-0477-7901.
H5: 0. Correo electrónico: josyribeiro4@gmail.com
2 Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso, Chile. Psicóloga, Pontificia Universidad Católica
de Valparaíso (Chile). 0000-0002-2618-0578.
H5: 0. Correo electrónico: camila.mok@gmail.com
3 Universitat Oberta de Catalunya,
España.
Psicólogo, Universidad de Almería. Máster en Investigación e Intervención
Psicosocial, Universitat Autònoma de Barcelona. Doctor en Persona y Sociedad en
el Mundo Contemporáneo, Universitat Autònoma de Barcelona. Profesor lector en
la Universitat Oberta de Catalunya (España). 0000-0003-2899-6316. H5: 9. Correo electrónico:
ebaleriola@uoc.edu
4 Universidad Diego Portales, Chile. Psicóloga,
Universidad de Concepción. Doctora en Psicología, Pontificia Universidad
Católica de Valparaíso. Investigadora postdoctoral de la Universidad de Cádiz
(España). Orc0000-0002-0428-1474.
H5: 0. Correo electrónico: karol.morales.m@gmail.com
5 Universidad de Playa Ancha, Chile. Psicóloga
y Licenciada en Psicología, Universidad de Valparaíso. Magíster en Integración
de Personas con Discapacidad, Universidad de Salamanca. Doctora en Psicología
de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (Chile). 0000-0001-5778-1205.
H5: 0. Correo electrónico: lorena.nunez@upla.cl
6 Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso, Chile. Psicólogo y Licenciado en Psicología,
Pontificia Universidad Católica de Chile. Magíster en Psicología Social,
Universidad Autónoma de Barcelona. Doctor en Psicología Social, Universidad
Autónoma de Barcelona (España). 0000-0003-4510-4041.
H5: 25. Correo electrónico: vicente.sisto@pucv.cl
Recibido: 17.05.2023 Aceptado:
17.10.2023 Publicado: 19.04.2024
Resumen
(analítico)
Chile
ha sido considerado como un caso emblemático de políticas de protección a la
niñez y adolescencia siguiendo los postulados del nuevo management público,
tales como tercerización privatizada con financiamiento del Estado o el énfasis
en instrumentos de control y la rendición de cuentas de altas consecuencias.
Esta investigación abordó las experiencias de profesionales que trabajan en
este ámbito, mediante el análisis de 16 entrevistas semiestructuradas. Los
resultados muestran que los instrumentos de gestión que instala la política
ocupan un lugar central, demandando un exceso de trabajo administrativo y
promoviendo una visión competitiva propia de la empresa privada en su quehacer
con niñez y adolescencia, que desmotiva, afectando el sentido del trabajo que
realizan y sus prácticas orientadas al cuidado.
Palabras
clave Tercerización;
niñez; política; gestión. Tesauro de Ciencias Sociales de la Unesco.
Abstract (analytical)
Chile has been considered an
emblematic case of child and adolescent protection policies that incorporate
the New Public Management approach. These include privatised outsourcing with
government funding and an emphasis on controls and accountability, with
significant consequences for the child protection system. This research brings
together the experiences of 16 professionals working in this field through the
analysis of semi-structured interviews. The results show that the management
instruments installed by these policies occupy a central place in their work,
requiring the completion of excessive administrative tasks and promoting a
competitive vision that is typical of the private sector. This situation
demotivates staff, affecting the meaning of the work they do and their
care-oriented practices.
Keywords: Outsourcing; childhood; politics;
management.
Resumo
(analítico)
O
Chile tem sido considerado um caso emblemático de políticas de proteção à
infância e adolescência seguindo os postulados da Nova Gestão Pública, como a
terceirização privatizada com financiamento estatal ou a ênfase em instrumentos
de controle e prestação de contas de altas consequências. Esta pesquisa abordou
as experiências dos profissionais que trabalham neste campo através da análise
de 16 entrevistas semiestruturadas. Os resultados mostram que os instrumentos
de gestão instalados pela política ocupam um lugar central, exigindo um excesso
de trabalho administrativo e promovendo uma visão competitiva típica da empresa
privada em seu trabalho com infância e adolescência, o que desmotiva, afetando
o significado do trabalho que realizam e de suas práticas orientadas para o
cuidado.
Palavras-chave: Terceirização;
crianças; política; administração.
Introducción
El
sistema de protección a la niñez y adolescencia (desde ahora en adelante NA[1])
en Chile ha sido foco de numerosos debates en los últimos años. Una de las
razones de insatisfacción de familias, NA, trabajadoras y trabajadores está
centrada en la precariedad de los programas de atención, que vulneran
en lugar de proteger a estos grupos (Varas et
al., 2018). Así mismo, la calidad
del servicio ofrecido, así como su organización y gestión público-privada, han
sido cuestionados a nivel mundial por organismos tales como Unicef (2015) y el
Comité de los Derechos del Niño (2018).
Buena parte de estas tensiones tienen como base común
el modo en que
las políticas públicas chilenas han funcionado durante los últimos cuarenta
años. Desde la dictadura, bajo el auspicio de las doctrinas neoliberales de
Milton Friedman y de los Chicago Boys, las políticas estatales adoptaron un modo de
construir lo público que
va a ser vinculado a lo que
luego va a ser conocido como «nuevo management
público», promovido desde los
ochenta por diversos organismos internacionales (Gewirtz & Ball, 2000;
Hood, 1991; Le Galès, 2016). Este promueve la tercerización privatizada de la
provisión de servicios públicos, financiada por el Estado, instalando
mecanismos de regulación y rendición de cuentas en función de indicadores y
resultados. Esto generaría competencia y, con ello, mayor eficacia y eficiencia
en el uso de los recursos, estableciendo focalización en grupos vulnerables
(Dahl, 2009; Shah, 2005; Thomas & Davies, 2005). Así, tal como señala
Pereira (2017), en las políticas sociales se promovió la participación de la
sociedad civil, constituidos en organismos no gubernamentales y consultoras, que ya
tenían protagonismo en acciones de intervención. Lo anterior, a través de
modelos de financiamiento
basados en licitación de servicios y ejecución de políticas y programas, con
pago por cobertura y resultados, siguiendo las recomendaciones de organismos
internacionales (ver, por ejemplo el informe del Banco Mundial Public Services Delivery; Shah, 2005). Con ello, los instrumentos de gestión
toman prioridad, pues establecen, a través de bases concursables, sistemas de
evaluación y rendición de cuentas, entre otros, qué es lo relevante y qué no (Le Galés, 2016; SistoCampos, 2017). La
investigación empírica ha mostrado que las/os
trabajadores de las políticas sociales, involucrados en acciones directas con
los grupos vulnerados objetivo de la acción pública, son quienes experimentan mayores tensiones prácticas e
identitarias. Estas tienen que ver con quienes son y qué es lo que deben hacer: entre el cumplimiento de indicadores y
responder a lo que, desde sus saberes profesionales y
éticas del trabajo público, consideran necesario de realizar (Dahl, 2009;
Keevers et al., 2012; SistoCampos et al., 2021a). Diversas investigaciones han
mostrado que el lugar de la trabajadora y el
trabajador parece esencial para comprender las tensiones y complejidades del
desempeño de estas políticas (Prioli et
al.,
2019; Sisto-Campos et al., 2021a; Thomas & Davies, 2005). Por ello, considerando a Chile
un caso emblemático, este trabajo da cuenta de cómo las/os trabajadores de las
políticas de protección de la NA experimentan los efectos de los instrumentos
de gestión en su cotidianidad laboral.
Tercerización,
instrumentos de gobierno y las trabajadoras y trabajadores de las políticas de
protección de la NA
Chile es considerado uno de
los países donde primeramente y con más profundidad se han desarrollado
políticas sociales desde una mirada de mercado, privatizadora y managerial en
coherencia con las prescripciones de organismos internacionales (Orellana,
2020; Pereira, 2017, 2018). En efecto, desde la década de los ochenta,
diferentes organismos internacionales han promovido la creciente inclusión de
privados en la provisión de servicios públicos, con modelos de contratación
basados en la concursabilidad de la ejecución de políticas y programas con financiamiento público.
Así, se han establecido sistemas de control basados en instrumentos de
rendición de cuentas vinculados tanto a la ejecución administrativa como al
cumplimiento de indicadores de desempeño y resultado (Irish et al.,
2009; Shah, 2005). Este modelo se instala en Chile desde fines de los setenta.
En los noventa, tras la vuelta a la democracia, después de diferentes promesas
y debates sobre la necesidad de transformar este tipo de políticas y sus efectos,
finalmente, no solo no se producen cambios, sino que se amplían e intensifican (Morandé, 2016;
Sisto Campos et
al.,
2021a, 2021b).
En el ámbito de las
políticas de protección a la NA, las características que encarnan el nuevo management público
se concretan en la delegación de la ejecución de las políticas de protección a
organismos privados. La tercerización de las políticas de protección implica que el Estado delega
la ejecución de las políticas de protección de la NA, mediante licitaciones. El
organismo que
adjudica una licitación pasa a ser un organismo
colaborador, tal como establece la Ley 20 032 (República
de Chile, 2005). En 2018 se estimaba que
el 98% de la oferta programática era ejecutada por terceros (Fuentes &
Martínez, 2018). Diversos informes han mostrado falencias de esta política de
tercerización. Así, el Consejo Nacional de la Infancia (2016) señaló que uno de los efectos
refiere a que
los organismos se orientan más a los indicadores de cumplimiento que aseguran el financiamiento y su
mantención en el mercado de proveedores que
al interés por la protección y bienestar de la NA. El Comité de los Derechos
del Niño (2018), investigando las denuncias en torno a graves violaciones a los
derechos humanos de la NA bajo protección del Estado, señaló que una de sus
principales causas era la excesiva tercerización. Tal y como lo ha expuesto más
recientemente la Defensoría de la Niñez (2020),
la
privatización y tercerización de los servicios ha propiciado y favorecido,
indebidamente, que
el Estado chileno haya desatendido sus responsabilidades directas, exclusivas e
indelegables, no solo en relación con la vida de los niños, niñas y
adolescentes, sino también respecto de los(as) funcionarios(as) a cargo de su
cuidado, quienes
ejercen sus labores muchas veces en condiciones precarias, inestables e
inciertas. (p. 421)
Agregando que «aspectos
centrales, tales como la selección y capacitación del personal quedan al arbitrio y
decisión exclusiva de estos» (p. 421). Este informe lamenta que la nueva ley que reforma el sistema
de protección, llamada Mejor
Niñez, haya mantenido los principios de subsidiariedad,
privatización y tercerización como ejes del sistema, con lo que no cambia significativamente
su arquitectura.
En este contexto, tal como
ha señalado PavezMena (2021), son los profesionales que ejecutan las
políticas de protección quienes
son puestos en el centro del desempeño de la política. Esto son caracterizados
por contratos precarios, vinculados a la temporalidad de las licitaciones;
deben individualmente escoger y desarrollar modelos de comprensión e
intervención, ante la falta de orientaciones claras desde la política
(Pavez-Mena, 2021). Son estas trabajadoras y trabajadores con los cuales se
controla, desde el nivel central, la ejecución de las políticas; además, son
más fuertemente interpeladas/os por los instrumentos de rendición de cuentas.
Esto ha supuesto gran cantidad de tiempo dedicado a llenar formularios (quitándoselo a las
intervenciones; Sanfuentes & Espinoza, 2017) y una fuerte presión para
orientar su trabajo al cumplimiento de metas para lograr la cantidad exigida de
intervenciones, visitas, registros, etc. (Schöngut-Grollmus, 2017). Lo que, además, estaría
promovido por la competencia entre los organismos colaboradores, presionando a
sus trabajadores a cumplir, buscando mostrarse como el oferente más eficiente o
atractivo para adjudicarse las licitaciones, de las cuales dependen tanto la
intervención como la continuidad del programa (Pavez-Mena et al.,
2019).
Un elemento central en las
políticas de gestión propias del nuevo management
público
es la proliferación de normativas, protocolos, instrumentos y otros
dispositivos que
encauzan y despliegan en el plano local los mandatos legales y políticos
(Clarke & Knights, 2015; Le Galès, 2016). De diferentes formas en función
del ámbito social particular del que
se trate, estos instrumentos dejan huellas en un modo de accionar y una forma
de hacer; ello en una especie de dictamen respecto a cómo las trabajadoras y
trabajadores deben realizar su trabajo, apelando a las prácticas y acciones
esperadas para rendir adecuadamente en función de los criterios de rendición de
cuentas establecidos. De tal manera, se asientan sistemas de registro y
supervisión, vinculados a incentivos y castigos por desempeño, o constituyendo
las jerarquías
y los canales de comunicación y participación de cada miembro en la arquitectura que despliega la
acción pública en cada campo específico (Barna, 2014; Holloway et al.,
2017; Lascoumes & Le Galès, 2007; Pavez-Mena, 2021; Sisto-Campos et al.
2021a).
En el ámbito particular de las políticas de protección a la NA, las
investigaciones principales sobre estos instrumentos enfatizan tres aspectos.
En primer lugar, el papel del discurso respecto a cómo se construye la política
de protección (Pavez-Mena et
al.,
2016, 2019). En segundo lugar, analizar cómo las condiciones precarias de
trabajo en los servicios a la NA operan y generan rupturas en la subjetividad
de las trabajadoras y trabajadores, así como su impacto en los afectos como
elemento central en las prácticas cotidianas de estas personas en la
construcción de su identidad laboral (García-Meneses & Enciso-Domínguez,
2022; Prioli Cordeiro et
al.,
2019; Sisto-Campos et
al.,
2021a). Y, en tercer lugar, el papel de estos instrumentos en la
externalización del servicio bajo el contrato por proyectos al que los organismos
colaboradores deben emplear a sus trabajado-ras y trabajadores (Pavez-Mena et al.,
2019; Schöngut-Grollmus, 2017).
En conjunto, estas
investigaciones resaltan el rol de los instrumentos como parte de la managerialización que adoptan las
políticas públicas de NA en Chile. Estos configuran un entramado particular de
prácticas locales que
las trabajadoras y trabajadores deben desplegar, las cuales atienden a la
lógica de la nuevo management
público.
No obstante, pese a la evidente contribución que estos trabajos suponen al estudio y
la visibilización de las problemáticas en las políticas de NA, aún existe poca
información sobre otros aspectos esenciales de estos instrumentos que, sin embargo, sí
se han reportado como fundamentales en otros ámbitos de las políticas sociales,
a saber: las diferencias emergentes entre cómo la política es diseñada y su
implementación local práctica bajo los instrumentos (Kuiper, 2018), las tensiones
locales por el modo en que
estas normativas impactan directamente en las trabajadoras y trabajadores y
usuarias y usuarios (Knights & McCabe, 2016), las disputas por los significados
de lo que es prioritario e
importante para ofrecer un servicio de calidad y realizar un buen trabajo
(Ramírez-Casas et
al.,
2022), o las contradicciones y problemáticas en las identidades de las
trabajadoras y trabajadores (Fardella, 2021).
En este sentido, entendemos que estos instrumentos
de gestión no tienen solo un rol discursivo y que tampoco cumplen una mera función de
recopilar y hacer la bajada de los mandatos políticos y legales, comunicando el
contenido representativo de las leyes y los dictámenes para las trabajadoras y
trabajadores y usuarias y usuarios. Como demuestran diferentes investigaciones
recientes, documentos, software,
plataformas de gestión en línea, formularios o protocolos cumplen una función
política y performativa en el lugar donde se insertan; esto es, tienen un papel
agente en las instituciones sociales como sostenedores de las relaciones entre
diferentes colectivos, instituciones y grupos de interés (Fairclough, 2013;
Latour, 2008; Prior, 2012; Schuch et
al.,
2014). Por eso, los instrumentos pasan a mediar la relación que se estable entre
las y los burócratas que
diseñan las políticas públicas y las trabajadoras y trabajadores que ejecutan, siendo
atravesados por los sentidos y significados que
se les atribuye en el camino. Esto se encuentra en diálogo con el estudio de
Merry (2011) respecto a la creciente presencia de los indicadores y
estadísticas en el ámbito de la gobernanza mundial y en cómo este despliegue ha
pasado a dar espacio para el peritaje en la política pública.
Como consecuencia, los
instrumentos empleados por las trabajadoras y trabajadores de las políticas de
NA, tales como agendas físicas
y digitales, los dispositivos denominados «carpetas» o los sistemas de
registros, entre tantos otros a los que
deben atender y responder en su quehacer
diario, tendrían efectos centrales en la cotidianidad de lo que en estos lugares
de trabajo ocurre. Son actantes no humanos de las acciones y prácticas, valores
y prioridades de trabajadoras y trabajadores, de la NA y, como resultado, en la
ciudadanía general (Carrasco, 2018; Castillo et al., 2021). Es por esto que, en este artículo,
buscamos conocer cómo experimentan las trabajadoras y trabajadores en políticas
de NA de Chile los instrumentos de gestión en su cotidianidad laboral.
Método
El
presente trabajo se basa en un estudio cualitativo (Flick, 2012) y, en
particular, en el análisis pragmático del discurso (Íñiguez & Antaki,
1994). Este enfoque entiende que el discurso de los diferentes actores sociales
posee un carácter performativo y de acción social y, por tanto, está cargado de
un potencial transformador. Como ya comentamos, los instrumentos de gestión son
parte central de la práctica social y, en consecuencia, forman parte de la
función pragmática discursiva (Lascoumes & Le Galès, 2007) que conforma la realidad de las trabajadoras y
trabajadores en NA, direccionando, permeando y estructurando sus relaciones,
sus prácticas laborales y sus afectos, entre otros.
Para
conocer los efectos de estos instrumentos en las trabajadoras y trabajadores,
empleamos la entrevista semiestructurada (Roulston & Choi, 2018). Así,
pudimos recoger información sobre dieciséis trabajadoras y trabajadores de NA
en Chile, quienes al momento de las
entrevistas se desempeñaban en distintos programas de organismos colaboradores
de la red Sename. La pauta de entrevista fue distribuida en ocho secciones, a
saber: antecedentes personales; historia laboral; proceso, condiciones y
organización de trabajo; la política; sentidos del trabajo; las formas de
organización colectiva; pandemia; cierre. Debido a la situación sanitaria
ocasionada por el covid-19, las entrevistas fueron realizadas en línea mediante
la plataforma Zoom, adaptando las entrevistas a las posibilidades del medio
virtual (Jones & Abdelfattah, 2020).
Los
criterios de selección de las/os participantes corresponden al muestreo por
bola de nieve, el cual es una técnica que se utiliza para encontrar al
objeto de investigación, en donde un sujeto le da el nombre de otro al
investigador, quien, a su vez, refiere a un
tercero y así sucesivamente hasta tener distintos datos (Atkinson & Flint,
2001). Pese a que en un estudio cualitativo el
criterio de la representatividad no es prioritario, tratamos de abarcar una
variedad de participantes y trayectorias suficientemente diversa para
posibilitar la emergencia de distintos discursos sobre el objeto del estudio
(tabla 1). Dentro de los programas en los que trabajan las/os participantes
se encuentran: diagnóstico ambulatorio (DAM), oficina de protección a la niñez
(OPD), programa de prevención focalizada (PPF), programa especializado en
reparación de maltrato grave (PRM), programa de intervención especializada
(PIE), programa especializado en explotación sexual comercial infantil (PEE),
programa especializado para agresores sexuales (PAS), programa de familias de
acogida especializada (FAE) y residencia para lactantes (RLP).
Tabla 1 Características de la
muestra

Análisis
El
análisis realizado se basó en un análisis de contenido (Cáceres, 2003;
Neuendorf & Kuman, 2015) con el objetivo de analizar y categorizar las
diferentes experiencias de las/os participantes sobre los instrumentos de
gestión en su desempeño cotidiano en el trabajo. Ese proceso fue realizado en
colectivo por un grupo de investigadoras e investigadores que participaban como tesistas de doctorado,
ayudantes, apoyo técnico de investigación e investigador responsable por el
proyecto. Así, el trabajo fue dividido en dos fases: en la primera, se realizó
una lectura iterativa de las transcripciones de manera individual por cada
miembro del equipo, bajo el cual emergieron
diferentes códigos y categorías en relación con el objetivo de investigación.
En un segundo momento, se repitió el proceso de categorización, ahora de manera
grupal, lo que permitió discutir y acordar qué tramas de experiencias eran comunes, qué codificaciones eran más frecuentes o qué categorías resultaban centrales para responder a
la pregunta de investigación.
Como
resultado de este doble proceso de análisis, se refinaron las categorías encontradas
hasta convenir que eran tres las principales,
las cuales son recogidas en la sección de resultados de este manuscrito. Estas
tres categorías dan cuenta de manera principal sobre las
experiencias que
las trabajadoras y trabajadores de NA de Chile atribuyen a los instrumentos de
gestión en su cotidianidad laboral.
Consideraciones
éticas
Como parte de un proyecto de
investigación financiado públicamente, este trabajo cuenta con la aprobación
del comité de bioética de la institución patrocinante. Así mismo, en el proceso
de recogida de datos se acordaron los términos de confidencialidad y uso de la
información con cada participante mediante consentimiento informado aceptado y firmado
por todos.
Con el objetivo de
resguardar cualquier
información sensible o que
pudiera perjudicar a los participantes o a cualquier institución involucrada, cualquier nombre propio o
dato comprometedor ha sido eliminado o sustituido por un pseudónimo.
Finalmente, los datos fueron almacenados de manera segura, de modo que solamente el equipo investigador ha
tenido acceso a los mismos durante el período que duró la investigación. El método debe
estar presentado de forma detallada, incluyendo el diseño de la investigación,
la muestra y el muestreo (si aplica), los criterios de inclusión y exclusión de
los participantes, sus características (especialmente aquellas que pudieron influenciar
los resultados) y los procesos de recolección y análisis de la información.
Resultados
Las tres categorías que emergieron del
análisis dan cuenta de aristas diferentes que,
en conjunto, ofrecen una visión profunda de las experiencias que las trabajadoras y
trabajadores de NA en Chile atribuyen a su trabajo cotidiano en relación con
los instrumentos de gestión. Estas tres categorías son: 1) instrumentos como
herramientas de control; 2) instrumentos como herramientas que sobrecargan y
desmotivan; y 3) las tensiones de los instrumentos en la experiencia y en los
afectos.
Categoría
1: los instrumentos como herramientas de control
Esta categoría presenta y
discute cómo los principales instrumentos que
componen el trabajo en NA en Chile sirven como herramientas que instalan lógicas
de control sobre trabajadoras y trabajadores, a través de estrategias que les evalúan y
clasifican, con efectos en el plano laboral y personal. Una de las principales
misiones de los instrumentos de gestión, al tratarse de herramientas que vinculan el plano
de las políticas neoliberales con el plano cotidiano de lo laboral, consiste en
demandar, recopilar e, incluso, analizar información sobre el desempeño de
las/os trabajadoras (Sisto-Campos, 2017; Sisto-Campos et al.,
2021a, 2021b). Información que,
frecuentemente, es estandarizada y, por tanto, no es sensible a las
características particulares de la NA a los que
se atiende, no recoge las necesidades de trabajadoras y trabajadores de cada
centro o no es flexible con cada proyecto o licitación concreta.
Es por esto que trabajadoras y
trabajadores significan estos instrumentos como herramientas de control, que mantienen y
profundizan las lógicas manageriales:
Yo
creo que el papel es
control. Nada más que
eso. Si bien yo igual entiendo, por ejemplo, desde una lógica terapéutica, por
ejemplo, la relevancia de registrar las sesiones, creo que como se nos exigen
y el nivel de supuesta «calidad», que
en realidad es más extensión que
calidad, con respecto a los registros, los informes. Tiene que ver con control
(…) desde Sename. Quiero
referirme (…) a Sename; creo que
es absolutamente centrado en el papel, creo que
es centrado frente a una… careta. Creo que
es una institución que
existe a nivel social, para de alguna u otra forma entregar en algún momento
una cifra de que
se hace algo con estos niños vulnerables y que
no se dejan completamente solos. Pero que,
al final del día, solo
sirve que esté registrado, que esté la pauta y en
términos muy crudos. Si el niño se muere, si el niño lo abusan, que por lo menos esté
el papel que
tu hiciste… Algo, que
por lo menos no hayas hecho nada (…). Pero que
esté eso para comprobar y vamos para arriba limpiándonos las manos. Así es como
yo lo veo y mi experiencia. (Tomás, psicólogo)
En la cita se rescatan dos
aspectos fundamentales del modo particular en que el control funciona en los
instrumentos de gestión de NA: primero, respecto a las trabajadoras y
trabajadores, mediante los registros e informes que deben realizar, los cuales devienen
una evidencia para que
Sename pueda comprobar que
se ha hecho el trabajo, tener cifras concretas e, incluso, un respaldo frente a
situaciones de vulneración contra la NA que
pueden ocurrir dentro del mismo servicio. En segundo lugar, la denuncia al
organismo en el que
trabaja el profesional, el Estado, criticando su manera de actuar a través de
estos instrumentos. Es mediante estos que
ejerce su acción pública, la cual prioriza asegurarse que algo fue hecho no que un buen trabajo
fue hecho y, así, respaldarse en casos graves de vulneración que pueden ocurrir
dentro del mismo servicio. Del mismo modo, esta especie de garantía sobre las
acciones de las trabajadoras y trabajadores visibiliza el carácter
individualizante que
se les atribuye, como representantes o responsables de la política pública en
lo que significa la
restitución de los derechos de la NA. Entonces, la preocupación por la niñez,
adolescencia y las vulneraciones vividas queda
en un segundo plano, observable en la metáfora del «centrado frente a una
careta»: el Estado operaría con una careta de preocupación hacia la NA, sin que en el fondo sea
realmente así; solo se busca respaldarse ante posibles denuncias mediante el
control excesivo, trabajo burocrático y administrativo, quedando afuera lo que son las
determinaciones sociales, económicas, políticas, etc.
Este tipo de experiencias
con los instrumentos de gestión son frecuentes. En las diferentes entrevistas
realizadas, la noción de control se profundiza y amplía hacia la ausencia de
otras utilidades posibles de los propios instrumentos que no sean la
rendición de cuentas y el respaldo de la institución frente a una problemática.
En este sentido, los comentarios referidos a un uso exclusivamente punitivo de
los instrumentos, entendiendo que
estos son utilizados para controlar y monitorear lo que hace cada trabajadora
y trabajador o para chequear
si se realiza o no la tarea. Así, se enfatiza la ausencia de otras experiencias
más constructivas como, por ejemplo, obtener una retroalimentación de otras
personas sobre cómo se está llevando a cabo el trabajo para su mejora:
Es
información muerta y, además, no está en red. Por ejemplo, si tú eres de un
programa, tus compañeros de trabajo pueden ver eso, pero nadie más; entonces,
no tiene sentido. Si, por ejemplo, fuera un instrumento para todos los que están en la causa,
¡te creo!; porque
podrían ver y decir «Ah, ya hoy día fueron» y, no sé, reviso el sistema y se
atendió con el PRM [Programas de Protección Especializada en Maltrato y Abuso
Sexual Infantil] con tal persona e hicieron tal cosa. Pero eso no pasa. La
información es netamente para rendirle cuentas a la gente que te va a pagar y
también a los jefes (…) [los] supervisores técnicos. Pero, obviamente, Senainfo
no es un instrumento que
transparente nada… relevante, que
pueda ayudar a la gente, creo yo. Creo que,
como te digo, principalmente es para controlar, para vigilar como diría
Foucault, vigilar y castigar. Es principalmente para eso (Esteban, jefe
técnico/psicólogo)
Estos relatos refuerzan la
visión que tienen las
trabajadoras y trabajadores respecto a los instrumentos: herramientas que controlarían y
vigilarían las acciones que
ellos cumplen y no cumplen, sin aportar a la calidad de las intervenciones con
las familias; o determinar qué
tan productivos están siendo en términos cuantitativos, sin siquiera recabar en la
calidad, en el qué
hacen, por qué
lo hacen o cómo lo hacen.
El control que ejercen estos
instrumentos es narrado como experimentado en prácticas cotidianas: elaboración
de informes para tribunales, la actualización de informaciones en Senainfo,
entrega diaria del reporte de actividad en contextos de pandemia, atención a
todas/os usuarias/os direccionadas/os a cada profesional o dupla psicosocial,
actualización de informes en las carpetas, entre otras actividades que componen el trabajo
con NA en Chile. A través de una extrema burocratización, los instrumentos que evalúan la
productividad y el alcance de metas priorizan los números por sobre la calidad
y resultado de las intervenciones.
Además
de registrar el llamado y llamar a todos los niños, tienes que registrar las
llamadas, la duración de la llamada, cuál es el número de destino y mandar esa
planilla de forma diaria (…). Yo siento que
de las acciones que
se han dado ahora, es más bien para generar un control y una supervisión mucho
más exhaustiva de lo que
pasaba de forma presencial. Porque
nosotros todas las semanas tenemos que
enviar una planificación semanal de lo que
vamos a hacer. Además, tenemos que,
por ejemplo, esto de los llamados, tenemos que
tomar pantallazos de las videollamadas, pantallazo del tiempo de duración de un
llamado telefónico, el registro de intervención (…) y el registro de
intervención con la hora y la modalidad con que
hiciste el registro de intervención. (Pedro, Psicólogo)
Senainfo es la plataforma
donde trabajadoras y trabajadores registran todas las intervenciones realizadas
por ellos durante la jornada laboral (República de Chile, 2021; Sename, 2022)
y, por tanto, uno de los principales indicadores su productividad. Por esto, se
revisa Senainfo mensualmente para saber si las trabajadoras y trabajadores
están cumpliendo con las metas establecidas. Esto refleja el control que se menciona en la
cita anterior, el cual se exacerbó durante la pandemia debido a la desconfinza
por el trabajo realizado a distancia. Este hito enfatizó la necesidad de
demostrar aún más y bajo diversas formas (pantallazos, registros, cámara en
vivo) que se estaba
trabajando y cumpliendo con las tareas.
Sin embargo, se puede
establecer que
Senainfo, como instrumento, cae en una contradicción respecto a su medición de
productividad, ya que,
si bien demuestra si trabajadora y trabajador están cumpliendo con las metas de
intervención, no refleja todo el trabajo realizado, ya que las tareas
administrativas no son registrables en Senainfo. Por ende, como el entrevistado
indica, si dedican una jornada a ordenar las carpetas que contienen los
registros de intervención, esta tarea no es algo que se refleja en Senainfo y, por tanto,
el instrumento entiende que
la trabajadora y el trabajador no ha rendido en ese día, invisibilizando la
cantidad real de trabajo realizado.
En síntesis, la experiencia
de control sobre trabajadoras y trabajadores se despliega bajo el discurso de
la ineficacia de los instrumentos. Ellas y ellos terminan por dar res puestas
insuficientes a las necesidades de la NA, ya que el tiempo no permite más. Además,
desde los trabajadores existe una crítica hacia el Estado y su manera de operar
mediante los instrumentos, enfocándose solo en el cumplimiento de metas y
rendición de cuentas, evidenciando que
se trabaja, pero no cómo se trabaja; demostrando que se cumple atendiendo a la NA, pero no
cómo se les está atendiendo. Finalmente, estas experiencias denotan que no pareciera haber
un interés por parte del Estado por cuestionar si las condiciones que ellos mismos están
entregando favorecen o no a que
las intervenciones sean de calidad y la que
merecen quienes asisten al
servicio.
Categoría
2: instrumentos como herramientas que sobrecargan, cansan y desmotivan
Las experiencias acerca de
los instrumentos de gestión como elementos de control que mantienen y
profundizan la lógica de rendición de cuentas implica diversos efectos sobre
trabajadoras y trabajadores. Debido al mantenimiento sostenido de una constante
vigilancia mediante informes, aplicativos, listas de chequeo y otros
instrumentos, se produce una sobrecarga de trabajo, lo que desemboca en que el espacio laboral
cotidiano sea repetitivo y desmotivante. Así, esta categoría visibiliza cómo
estos permean y afectan su experiencia como trabajadora y trabajador y qué acciones de su
lógica managerial en
concreto, les saturan y desmotivan.
Igual
es difícil. Estuve con
licencia hace un tiempo. ¿Estoy retornando?, ¿retorné hace mes y medio?, y
estoy nuevamente sintiendo esa ansiedad y ha traspasado esa situación.
Actualmente el tema del papeleo no es solo el desgaste de hacerlo, sino que me genera un conflicto
que realmente, antes
de tomarme la licencia, veía el papel y decía: «¿Realmente tengo que estar gastando
energía en esto?» Sabiendo que…,
porque mis niños, yo no
hablo de que
son mi propiedad, pero hasta un cierto punto son mi responsabilidad como
profesional entregarles algo de calidad y desde mis posibilidades. ¡Pero lo
gasto en esto, lo gasto en esto! Y he pasado épocas de mucha ansiedad y
procrastinación. También hay algo en mí que
se rebela, se rebela con este papel que
es muy automatizante que
como te decía. Trabajamos con personas. (Tomás, psicólogo)
La cita presentada no solo
refleja el desgaste que
provoca rellenar papeles para rendir cuentas, sino también cómo esta tarea
conlleva a las trabajadoras y trabajadores a cuestionar su relevancia y a
criticar el tiempo que
se le destina; tiempo y esfuerzo que
provoca que sientan que quedan sin la energía
necesaria para realizar lo central y fundamental: la intervención con la NA.
Estas prácticas administrativas exigidas y demandadas, junto a su experiencia
como una tarea automática en la que
invierten energía y tiempo laboral, provoca improductividad, procrastinación,
ansiedad o desgaste. Finalmente, todo el ánimo se lo lleva lo que demanda más
tiempo: el papeleo. En cambio, las tareas consideradas de responsabilidad
central en su labor (el cuidado y atención de la NA) quedan relegadas a un
segundo plano, lo que
produce hasta cierta molestia o rebeldía de los trabajadores entre el rol
teórico y el trabajo realmente desempeñado con la NA. La denuncia principal que se observa tras
este discurso es la importancia otorgada a las metas del programa en contraste
a la realidad cotidiana. En aquella,
como trabajadoras y trabajadores, por cumplir las metas a toda costa y no
sufrir las consecuencias negativas de no hacerlo, soportan todas las
implicaciones que
ello conlleva, a costa de un aumento del cansancio y la desmotivación, pero sin
poder dar todo de sí mismos en la ayuda a la NA y sus familias.
Otro aspecto relevante en la
experiencia de los efectos de los instrumentos se da cuando estos traspasan el
nivel individual, alcanzando las dinámicas de equipo. En particular, son latentes los
efectos en la motivación de los grupos de trabajo debido a la gran carga que conlleva en su
ejecución, lo que
en muchas ocasiones incluso impacta en la salud y el compromiso de los
trabajadores, tal como se ilustra en la siguiente cita:
A:
Cómo podrías describir las relaciones humanas en tu equipo de trabajo,
tanto las relaciones entre tus colegas, entre tus superiores…
B:
La verd… sí, es que
como que yo creo que ha sido fuerte y
ha sido notorio el desgaste. En qué
sentido, en que
partió un equipo
que estaba súper
motivado, de hacer las cosas bien, de hacer cosas (…), de innovar. Pero la
carga administrativa, las exigencias sobre cuántas veces tenis’ que atender a los
niños, y adultos, niños, niñas y adultos, es súper alta. Entonces, al final como que ha ido pasando y
ha ido como cambiando el clima, por lo mismo también han habido roces. También
hay gente que
está tan cansada que
ha sido como múltiples las veces que
han pedido licencias también. Y ahí hay una especie de comunicación súper
extraña porque,
por ejemplo, (…) la otra vez conversaba con jefatura y le decía: «Igual hay que tener ojo porque el programa se
está volviendo igual como cansador » (…). La gente que tenemos nosotros
acá, al estar tanto tiempo también en la modalidad, se está quemando y eso se nota
en la cantidad de licencias que
están tirando. Y la respuesta también de repente es como: «Ya sí, podríamos
hacer algo»; y de repente es como: «Oye, pero si es su pega, tienen que resolverlo solos».
Entonces es como extraña… [se ríe]; es rara la forma de ir prosiguiendo o de
repente lo mismo. Por ejemplo, no sé po’ las jefaturas más altas, incluso es
más aún de esa visión de que
los responsables de estar mal (…) son los trabajadores y no las condiciones de
trabajo. Mientras más lejano al que
ejecuta, más aparece esa visión ¿cachai? (Esteban, jefe técnico/psicólogo)
En este extracto se observa
cómo la gran carga administrativa afecta en distintas esferas, tanto a la
trabajadora y el trabajador, como a las dinámicas relacionales y al clima
laboral. En primer lugar, los efectos de los instrumentos inciden en la motivación
de los-trabajadores/ as, produciéndose una desmotivación progresiva generada
por la sobrecarga laboral. En segundo lugar, afecta a las relaciones
interpersonales entre ellas y ellos mismos, generando tensiones debido al
estrés y las diferencias entre el trabajo esperado y el realizado. Como
resultado, la sobrecarga y la desmotivación terminan en la demanda de licencias
médicas, debido a la experiencia de no poder continuar trabajando bajo tales
condiciones de estrés y presión.
A raíz de esto mismo, se observa una
ambivalencia frente a qué
se hace con esta situación y malestar, ya que
las jefaturas terminan individualizando la problemática y, por ende, es
responsabilidad única de cada trabajadora y trabajador el solucionar o
simplemente aceptar los efectos como parte de su trabajo. En consecuencia, las
condiciones del trabajo, la rendición de cuentas, la sobrecarga y sus
consecuencias se vuelven crónicas bajo la lógica neoliberal y managerial de
los instrumentos, en la que
alternativas tales como una mirada holística del trabajo o soluciones que no pasen por la
medición y la rendición de cuentas, ni tan siquiera son concebidas. De este modo, se
deifica la experiencia de sobrecarga, cansancio y desmotivación provocada por
los instrumentos.
Categoría
3: las tensiones de los instrumentos en el sentido y los afectos del trabajo
con niñez y adolescencia
Pero los efectos de los
instrumentos de gestión no se limitan al ámbito psicosocial u organizacional.
Otro aspecto especialmente remarcado por las/os participantes se refiere a las
tensiones afectivas que
emergen como consecuencia del sobreuso de los instrumentos, cuando estos tienen
una función casi exclusiva de rendición de cuentas y control. Esta tercera
experiencia alude a las tensiones que
los instrumentos producen en la emocionalidad de trabajadoras y trabajadores,
así como en el sentido del trabajo que
realizan, lo que
se puede apreciar en las siguientes citas:
A:
¿Cómo choca esto de lo que
tú me hablas, cuando haces un buen trabajo, con las condiciones que tiene de repente
el trabajo?
B:
Yo creo que chocan en el
sentido de que
generalmente no siento que
haga un buen trabajo, ¿ya?, porque
hay que hacer mucho
administrativo. Entonces, a veces no doy el tiempo suficiente netamente a lo
interventivo. Yo creo que
ahí choca la intervención o el tipo de trabajo que quiero
o trato de hacer versus lo que
realmente en lo práctico puedo hacer (Mauricio, trabajador social)
En
general, la carga de casos en promedio son veinticinco casos por psicólogo, y que si tú sumas,
tienes 40 a 44 horas en la semana, y 25 horas serán para los casos y queda menos de la
mitad de tiempo para lo administrativo. Pero lo administrativo toma más tiempo que atender a la
gente, aunque
suene raro. Entonces, la gente trabaja fuera de horario. Algunos igual, no sé,
como que tienen que priorizar entre que atienden y hacen
el informe y…. no se condice, ¿te fijas? La calidad de intervención que te solicita
Sename, que el niño (…) reciba
una terapia reparatoria profunda, pero el tiempo que te dejan planificar por tanto papeleo
es mínimo. (Esteban, jefe técnico/psicólogo)
Ambos extractos nos permiten
entender el gran valor afectivo y simbólico que
lo interventivo tiene en el desempeño de las trabajadoras y trabajadores. Pero
este sentimiento se ve opacado por la cantidad de registros e informes que se deben hacer,
relegando el tiempo a las familias para después de lo administrativo. Esta
disonancia asienta y sedimenta un dilema ético acerca del sentido del trabajo:
el tiempo dedicado no es suficiente, pero existe un fuerte compromiso con las
familias y la NA. De este modo, la rendición de cuentas y la atención a los
instrumentos toman el protagonismo de su cotidianidad laboral, convirtiéndose
en la tarea a la que
más se dedican. Por tanto, el modo de resolver la tensión consiste en la
dedicación de más horas laborales de las estipuladas o disminuyendo la calidad
del trabajo.
La expresión de estos
dilemas éticos en la realidad del trabajo de las/os entrevistados destaca por
las experiencias de saturación e inutilidad de los instrumentos, de lo cual
surge la disputa interna entre lo que
se debiese hacer frente a lo que
realmente se hace en el trabajo (McMurray et al., 2011). Si bien este
fenómeno ya se ha evidenciado en otras políticas públicas de orden gerencial
(Nishida, 2015, 2017), resulta especialmente destacable en el ámbito de la NA,
por la inherente y necesaria relacionalidad afectiva entre trabajadoras y
trabajadores, las familias y NA para que
el trabajo pueda ser realizado de manera óptima.
Sí,
sabes que es súper difícil. Yo lo he
hablado harto con mis colegas y hemos llegado a la conclusión de que, lamentablemente
—y lo digo en forma supercrítica—, la calidad de la intervención no es la
óptima porque
tú te ves enfrentado en la práctica (…). Estoy (…) con esta usuaria una hora y
le dedico otra hora más a preparar la sesión, más otra hora más para qué se yo…., preparar
algún material para que
la familia trabaje la otra semana, versus tres informes que me están esperando
en mi escritorio que
tengo que hacer. Entonces,
el sistema te obliga (…), pero tú eres cómplice sin querer. No es como que yo conscientemente
diga: «Voy a hacer esta intervención a la rápida para salir luego de la
señora», sino que,
inconscientemente, entro a la intervención y ya estoy pensando: «Oh, después
tengo que hacer esto, esto».
Entonces quizás
mi energía no está concentrada en la situación familiar como yo quisiera, sino que está más
concentrada en el papeleo porque, quizás lo digo en
forma súper cruel, pero, quizás
la familia: «Oiga pero usted me atendió rápido» versus un jefe que te va a decir:
«Oye, pero no mandaste el informe; ¡cómo no mandaste el informe!». Yo lo hablo
con mis colegas más cercanas (…); decimos: «¡Qué rabia!», porque uno quiere dedicarle mucho
tiempo a las familias, como preparar bien la sesión en que voy a trabajar y
siento que no, porque salgo de la sesión
y tengo que entrar a otra y en
qué momento la
preparo, no, como que...
[se ríe]. Entonces, es como súper estresante y yo creo que por eso (…) te
cansa muy rápido este sistema. (…) A lo mejor otros trabajo igual, pero acá
siempre te piden un paso más; Sename te pide algo más, el tribunal te pide algo
más, la fundación te pide algo más y las pobres familias te esperan, te esperan
y uno ahí como «Ah, qué
hago, qué hago, qué hago». Es súper
estresante. (Josefa, trabajadora social)
Las experiencias
relacionadas con el agotamiento o la desmotivación ya analizadas repercuten en
la emocionalidad de las trabajadoras y trabajadores mediante sentimientos como
rabia y frustración frente a las tensiones y dilemas de las que son testigos. De
tal manera, la experiencia del cuidar y del intervenir tanto les hace sentirse
valorados exclusivamente por las tareas consistentes en rellenar y responder
aplicativos como les conduce a cuestionar el sentido del trabajo con la NA. La
prioridad del respaldo estatal producto del registro continuo en los
instrumentos de gestión produce tensiones sobre la posición de la trabajadora y
el trabajador respecto a su lugar como agente público representante del Estado
chileno en el ámbito de la protección a la NA. Un trabajo en ocasiones
apresurado o sin la calidad esperada, reducido a rellenar informes o carpetas,
del que terminan por
sentirse cómplices o ejecutores.
Fragmentos como el anterior
son una clara ilustración de estas tensiones en el sentido y los afectos del
trabajo. Revelan la rabia, el cansancio y una corresponsabilización de realizar
intervenciones apresuradas o poco óptimas. El uso del verbo enfrentar empleado
en la caracterización del trabajo («verse enfrentado por la práctica»), expone
cómo los trabajadores trasladan la experiencia al ámbito del combate, ocupando
un lugar tanto de lucha como de defensa. La lucha en contra de la imposición de
numerosos instrumentos de rendición de cuentas respecto al tiempo y calidad de
las intervenciones, como a la sobrecarga en que
se ven puestos; y la defensa de sus derechos en el trabajo, así como de la NA y
sus familias. Esta tensión lucha-defensa denota la pasividad en que quedan posicionados y que les hace sentirse
cómplices de una labor de control, desmotivante e ineficaz propiciada por los
instrumentos de gestión y su génesis política neoliberal.
En síntesis, la lógica de
rendición de cuentas y el constante informe sobre las actuaciones provoca una
tensión con dos vertientes vinculadas. Por un lado, en el sentido del trabajo,
al cuestionarse qué
es ser un buen psicólogo, trabajador social o, en general, una buena
trabajadora o trabajador del servicio de protección a la nNA: ¿es generar
muchos informes sobre la actividad cotidiana?, ¿es atender con efectividad a
las familias y a la NA, generando vínculos que
permitan solventar la idiosincrasia de cada caso particular? Por otro lado, aunque de manera
inseparable, en lo afectivo: ¿deben sentirse una buena trabajadora o trabajador
al responder a todos los requerimientos
de los instrumentos de gestión?, ¿deben dejar de lado el cansancio que esto les provoca y
solo seguir rindiendo, para que
se visibilice que
sí realizan su trabajo, aunque
esto suponga un perjuicio para la NA y las familias? De este modo, se termina
por generar un círculo en el que
control, saturación y tensión del sentido o afecto laboral se retroalimentan
mutuamente, amplificando las experiencias que
los trabajadores atribuyen a los instrumentos de gestión y en las que el Estado actúa a
través de ellos.
Discusión
De modo transversal, las
políticas sociales de Chile durante los últimos 40 años han estado permeadas
por la lógica neoliberal de la nueva gestión pública (Le Galès, 2016). En esta,
el lema de la libertad de mercado (aterrizado en la rendición de cuentas de
altas consecuencias, la competencia entre proveedores o en las pruebas
estandarizadas) ha calado en el modo en que
se gestiona y se trabaja con los colectivos sociales más vulnerables (Tirado
& Castillo, 2011). Pero para que
sea posible, el aterrizaje de los postulados neoliberales necesita de un
elemento que
sirva de puente entre la esfera normativa-legal y la social, y que, además, actúe
como actor performativo de la lógica neoliberal en los territorios locales.
Este fin es desarrollado
protagónicamente por los instrumentos de gestión (Gunter, 2008).
Si bien todas las tensiones que en este tiempo ha
producido la lógica neoliberal en Chile han sido analizados por la literatura
científica, exponiendo y visibilizando tanto su despliegue como sus
consecuencias en diferentes escalas y ámbitos, el papel que juegan los
instrumentos de gestión en el mantenimiento de esta lógica aún requiere de mayor
atención, especialmente en el ámbito de la NA. Esto se debe a diferentes
motivos: por un lado, las transformaciones que
este ámbito está atestiguando actualmente, desde la disolución del Sename para
la llegada del Mejor
Niñez en 2021 (con un cambio no solamente ministerial, sino
sobre todo en la organización de los servicios y el carácter participativo de
NA y sus familias), hasta el desafío
del horizonte constituyente en el que
Chile se encuentra desde 2019, atravesado por la multitud de polémicas y
vulneraciones de derechos que
la NA padecen desde hace décadas. Por otro lado, si bien los instrumentos son
un elemento que
mantiene la cohesión de lo social y permiten reproducir las dinámicas de cada
organización (Latour, 2008), son un elemento cuasi-invisibilizado, donde la
mayor atención se presta a las relaciones humanas (por ejemplo, psicólogo adolescente,
familia-trabajadores sociales, etc.), pero obviando el entramado sociotécnico que forma también
parte esencial del éxito o fracaso de un programa de intervención en familias;
así como también del buen funcionamiento de las dinámicas que ocurren en los
organismos colaboradores o del óptimo funcionamiento de un grupo de
trabajadoras y trabajadores en el desarrollo de su función pública.
Es por esto que al inicio del
artículo nos preguntamos: ¿cómo experimentan las trabajadoras y trabajadores de
políticas de NA los efectos de los instrumentos de gestión en su cotidianidad
laboral? En base a los resultados expuestos, podemos responder que los instrumentos
de gestión son experimentados al menos bajo tres premisas centrales: la primera
gira en torno a un excesivo control sobre los procesos laborales. Esta se
visibiliza en los discursos de las trabajadoras y trabajadores en una
sobrecarga de informes, rendición de cuentas y de revisión de su labor, pero que no tiene una finalidad
en la mejora del servicio de NA; tan solo la de respaldar que el trabajo se
realizó, sin valorar cómo ni qué
tipo de desempeño hubo para así responsabilizar a trabajadoras y trabajadores
de manera individual en caso de alguna incidencia. Esa especie de control que, como un
participante llega a declarar, se asemeja a lo que Foucault discursaba en Vigilar y castigar (2002),
presenta los instrumentos de gestión como una prueba —testigo— de que efectivamente fue
cumplida la meta; esto podría permitir visualizar diariamente a las
trabajadoras y trabajadores como personas de interés en una investigación que realiza la
Policía.
En segundo lugar, el énfasis
en el control acarrea un aumento exponencial de las tareas de revisión,
constatación o gestión, lo que
provoca la saturación y la desmotivación de las trabajadoras y trabajadores. De
forma progresiva su experiencia con los instrumentos se tiñe de un dilema entre
el trabajo declarado (cuidar de la NA, garantizar el bienestar de las familias,
etc.) y el trabajo realizado. Esta se encuentra cargado de informes, documentos
y plataformas que quitan tiempo para
intervenir; así se aleja de las funciones para las que fueron contratados
y termina por aumentar el cansancio y los efectos psicológicos.
En tercer lugar, la
desmotivación por la congestión de tareas que
se experimentan como controladoras, sin un aporte a la mejora del trabajo,
termina por transformar el anterior dilema en un profundo cuestionamiento sobre
el sentido del trabajo realizado, tensionando los elementos afectivos
individuales y grupales. La saturación llega a traducirse en parálisis,
mientras que
la desmotivación en frustración. Al cuestionar si finalmente el trabajo con la
NA consiste en contestar informes y rellenar aplicativos, las trabajadoras y
trabajadores incluso concluyen que
su experiencia con los instrumentos de gestión articuladores de la política en
el plano local los hace sentir cómplices de la injusticia y la vulnerabilidad que sufren la NA. En
este sentido, se visibiliza una profunda tensión sobre el papel que el Estado
encarnado en estas trabajadoras y trabajadores— tiene en la transformación de
esta realidad.
En síntesis, las
experiencias de trabajadoras y trabajadores de políticas de NA con los
instrumentos de gestión visibilizan un obstaculizador de su labor, suponiendo
con frecuencia una carga laboral, psicológica y social, más que un facilitador de
la ya por sí compleja y precaria situación a la que diariamente se enfrentan. Aquí radica el centro
de la tensión hacia los instrumentos: no por el hecho de que existan o que se deban cumplir,
sino porque sean repetitivos y
se experimenten como sin sentido, haciendo perder un tiempo valioso que podría ser
destinando a las familias que
necesitan de las/os profesionales para poder cambiar las situaciones de
vulneraciones que
las hicieron llegar al servicio en primera instancia. Es por esto que los instrumentos
se convierten en un obstáculo para poder avanzar en el trabajo o para lograr
una transformación social realmente significativa en aquello que les hace sentido:
ayudar a las familias.
Finalmente, dadas las
limitaciones que
atraviesan la realización de una investigación de este tipo, los resultados
presentes en este manuscrito abren espacio para nuevos y amplios estudios en
diálogo con las políticas públicas de MA, trabajadoras y trabajadores. Se
sugiere explorar la relación entre estos cuerpos humanos y no-humanos
(instrumentos de gestión) y el cómo cada materialidad se inserta en la praxis
del trabajo. Así mismo, el afecto juega un rol central al analizar el material
del campo, más allá de una mirada a los instrumentos por separado, por lo que se recomienda
explorar la relacionalidad afectiva entre trabajadoras y trabajadores, usuarias
y usuarios entremedio a las acciones convocadas por la materialidad del
instrumento.
Agradecimientos
Este
trabajo cuenta con el apoyo de la de la Subdirección de Centros e Investigación
Asociativa de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, Centro
CIE160009, y del Fondo Nacional para el Desarrollo de la Ciencia y la
Tecnología, Proyectos 1191015 y 1231698. También ha sido financiado mediante el
Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España, bajo el proyecto:
PID2021-127076OB-I00 y por el Proyecto ANID SIA
8522008. Además, una de las investigadoras cuenta con beneficio beca de
posgrado PUCV 2022.
Notas
* Este artículo se deriva del Proyecto
1191015 del Fondo Nacional para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología
(Fondecyt Regular), con el apoyo de la Subdirección de Centros e Investigación
Asociativa de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, Centro
CIE160009 y por el Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España, bajo
el proyecto: PID2021-127076OB-I00. El proyecto tuvo inicio en marzo del 2019 y
finalizó en enero de 2023. Área:
sociología. Subárea: sociología del
trabajo.
[1] Basándose en el
nuevo Servicio de Protección a la Niñez y Adolescencia, Mejor Niñez, se ha decidido utilizar la expresión «niñez y
adolescencia» en lugar de «niños, niñas y adolescentes», como un concepto más
inclusivo, a modo de evitar hacer una distinción por género y excluir a aquellos cuya identidad es no binaria y no se sienten parte
de los términos niño o niña.
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Para citar este artículo: de Souza, J. T., Mok-Aravena, C.,
Baleriola-Escudero, E., Morales-Muñoz, K., Núñez-Parra, L., &. Sisto
Campos, V. (2024). Managerialización
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